El próximo 7 de marzo es la fecha tope para cerrar un acuerdo entre el PSOE y Junts por la Ley de Amnistía, que los independentistas dejaron caer en su primera votación por no incluir los delitos de terrorismo y alta traición.
El órdago de Puigdemont venía respaldado por la necesidad imperiosa del ex president de la Generalitat, de que el texto de la amnistía blindara por completo a su figura ante las causas abiertas que podían imputarlo por delitos que no estaban incluidos en el texto original. Sin embargo los últimos acontecimientos han hecho que los independentistas vean amenazada su posición y han cambiado de estrategia.
Sánchez encuentra un aliado inesperado para evitar su caída
La decisión del Tribunal Supremo aceptando investigar a Carles Puigdemont por terrorismo, debido a su papel de “liderazgo absoluto”, en los actos cometidos por Tsunami Democràtic en el Aeropuerto del Prat, y sobre todo el ‘Caso Koldo’ que está minando día a día la credibilidad de Pedro Sánchez y su Gobierno, han hecho que Puigdemont quiera acelerar el acuerdo por la amnistía y no apurar los plazos. Incluso quieren evitar a toda costa que aumenten el plazo hasta el día 21, justo antes de Semana Santa.
El motivo es claro, no saben en qué situación estará más adelante el Ejecutivo de Sánchez si el ‘Caso Koldo’ sigue arrastrándoles al fango, por lo que ahora les interesa amarrar cuanto antes la amnistía. Por ello la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, ha metido prisa a los socialistas para que acepten cuanto antes las condiciones de Junts.
De esta manera, Junts mantendrá hasta el próximo jueves, cuando la ley de amnistía será votada en la Comisión de Justicia del Congreso, su oferta de amnistía por Presupuestos y deja en el tejado de Pedro Sánchez la continuidad de la legislatura. Algo que puede ser un balón de oxígeno para Ferraz.