Tras la heroica victoria de ayer en el Etihad ante el actual campeón de Europa, el Real Madrid no para, y ya está pensando en el Clásico del domingo en el Santiago Bernabéu, un partido que puede resolver una Liga, y permitir centrarse en las seminales de Champions contra el Bayern de Munich.
Sin embargo no todo van a ser buenas noticias para Carlo Ancelotti. Sin apenas tiempo para saborear el pase ante el equipo de Pep Guardiola, el técnico de Reggiolo se ha encontrado con la noticia de que en pocos meses puede tener que despedirse de alguien muy cercano, y la decisión está entre dos de ellos.
Y es que son muchos los equipos que se han fijado en el Real Madrid para buscar un relevo a sus banquillos. Es el caso del Sevilla F.C., de Quique Sánchez Flores, quien aún no tiene el futuro decidido en la entidad de Nervión, y cuyos dirigentes han empezado a tantear otras opciones para ocupar el banquillo del Ramón Sánchez Pizjuán.
Uno de los 2 se va del Madrid
Así que por un lado la entidad sevillista ha puesto sus ojos en el segundo entrenador del técnico italiano, su hijo, Davide Ancelotti, y de sus capacidades como candidato para dirigir un banquillo profesional. Davide ya tiene el título de entrenador y ha dejado claras muestras de su talento. Es la mano derecha de Carlo, y lleva las jugadas de estrategia, así como el scouting de los equipos rivales. Está preparado para dar el salto en solitario y Sevilla podría ser una buena oportunidad.
Pero en el casting sevillista no sólo está Davide. A los nombres de Enzo Maresca o Jagoba Arrasate, también se les ha unido ahora el de Raúl González Blanco. El técnico del Castilla parece que ha agotado su tiempo en el filial y podría ver con buenos ojos una salida a Primera División.
Sin lugar a dudas, si le preguntaran a Carlo Ancelotti cuál de los dos preferiría que se marchara del Madrid, está claro que se decantaría por Raúl, para mantener así a Davide a su lado, pero el de Reggiolo es consciente de que pronto deberá dejar volar solo a su hijo.