La foto que delata a Martínez Almeida en el día de su boda: pillado in fraganti

Pillan in fraganti a Martínez Almeida el día de su boda gracias a una foto que revela su gran secreto

La foto de Almeida pillado en su boda
La foto de Almeida pillado en su boda

Este pasado sábado tuvo lugar la boda del año. Así se han referido muchos al enlace entre Martínez Almeida y Teresa Urquijo. El alcalde de Madrid, considerado uno de los solteros de oro de la política, daba el paso después de haber empezado su relación unos meses atrás.

En las últimas semanas hemos ido conociendo todos los detalles de la boda, dónde se iba a celebrar, quiénes iba a ser los invitados, qué vestido iba a llevar la novia, pero como siempre ocurre en estos casos, nos dejó innumerables detalles que poco a poco vamos captando.

Uno de ellos es la foto de Almeida, pillado in fraganti, pero que ha sacado a la luz el secreto mejor guardado, uno de sus trucos para un día tan especial, que sin embargo, no ha pasado tan desapercibido como a él le hubiera gustado que ocurriese.

La foto que delata a Martínez Almeida

La boda se celebró en la Parroquia San Francisco de Borja, situada en la madrileña calle de Serrano, y a la entrada de la misma estaba esperando el alcalde de Madrid para ir recibiendo y saludando a todos los invitados según iban llegando al templo.

Sin embargo, hubo un detalle que las cámaras han logrado capturar. Y es que, Martínez Almeida les iba dando la bienvenida subido a un pequeño escalón que sirve para entrar en la iglesia, de tal manera que podía disimular un poco su estatura al lado de los invitados.

Hay que tener en cuenta que mide un poco más del metro 60, y algunos de los que asistieron a la ceremonia se elevan hasta casi el metro 90, como es el caso del rey emérito Juan Carlos o incluso superándolo como le ocurre a Juan Urdangarin.

Almeida en el escalón
Almeida en el escalón

Para solventar esa diferencia, Almeida quiso camuflar subiéndose a ese escalón, que elevara su estatura un puñado de centímetros. Pero lo que no podía esperarse es que las cámaras allí presentes sí que se fijaran de ese detalle.