El ‘Caso Koldo’ cada vez tiene más tentáculos y está salpicando a más gente tanto del entorno del PSOE como fuera de él. Una trama de corrupción que está haciendo tambalearse el propio Ejecutivo de Pedro Sánchez, a pesar de haber apartado a las bravas a José Luis Ábalos.
Cada día los tentáculos de la trama corrupta son más numerosos y más largos, ya no sólo por los supuestos contactos que lograse el ‘conseguidor’ Koldo García, la mano derecha de Ábalos cuando era ministro de Transportes, sino también por los tejemanejes del empresario considerado como cabecilla de la trama, Víctor de Aldama, siendo Air Europa y la selección española los últimos salpicados en este escándalo de corrupción.
Air Europa y la selección española de fútbol los últimos salpicados
Según la Oficina Nacional de Inspección del Fraude (ONIF), organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, se vincula el inicio del 'caso Koldo' con el rescate de Air Europa por parte del Gobierno. Y es que según el informe la operación de las mascarillas se fraguó durante las negociaciones llevadas a cabo en 2020 en el Ministerio de Transportes para rescatar la aerolínea.
Durante las negociaciones, que supusieron una inversión en préstamos participativos y ordinario del Estado superior a 475 millones de euros, Aldama ‘colocó’ las mascarillas al ministerio, “Su cercanía con determinados funcionarios [Koldo García Izaguirre] y sobre todo, la coincidencia temporal (marzo de 2020) propició el ofrecimiento de las mascarillas, de su transporte y de su precio y la aceptación por el Ministerio. A ello hay que unir el hecho de que el procedimiento administrativo de contratación de emergencia facilitó la rapidez y la falta de concurrencia”, es lo que reza el informe de la ONIF.
Por otro lado, Víctor de Aldama también es presidente y máximo accionista del Zamora CF desde la temporada 2018-19. Pues bien, según El Confidencial, el empresario quiso forzar los límites de su ‘amistad’ con Ábalos para conseguir que la Selección Española fuera a Zamora a jugar un partido. Fruto de ello la RFEF recibió una llamada del Ministerio de Transportes exigiendo que España jugara en Zamora. Sin embargo la entidad presidida por Luis Rubiales no aceptó debido a que ya estaban todos los compromisos cerrados.