El próximo 3 de noviembre, los ciudadanos estadounidenses votarán a su futuro presidente de los Estados Unidos.
Una carrera por la Casa Blanca que ha provocado que todos los movimientos del actual presidente, Donald Trump, sean estudiados con lupa, separándose los actos presidenciales con aquellos que son entendidos como "actos electorales" disfrazados de oficiales.
A pesar de las fuertes polémicas que siempre le han acompañado, el republicano ha mantenido su fuerza política y el apoyo de la ciudadanía durante su mandato; sin embargo, los últimos acontecimientos han dañado enormemente la imagen del habitante de la Casa Blanca, llegando a predecir algunos sondeos su próximo batacazo electoral.
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Y es que la situación en los Estados Unidos se aleja, actualmente, de la idea del 'sueño americano'.
El coronavirus, el racismo y la economía complican la reelección del presidente.
La crisis del coronavirus llegó con fuerza a Nueva York, corazón de Estados Unidos, y se expandía con gran velocidad, y con miles de fallecidos, mientras el presidente norteamericano negaba ante los medios la importancia del virus, y rechazaba por completo las medidas contra el Covid-19, como el uso de las mascarillas.
Una actitud, criticada nacional e internacionalmente, que hizo perder tiempo y miles de vidas en el país, hasta que Trump dio un paso atrás y reconoció la emergencia sanitaria, provocando el enfado de muchos ciudadanos que ya veían venir el desastre económico provocado por la crisis sanitaria.
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Una crisis económica que ahora Trump desmiente, asegurando el Departamento de Trabajo que la economía ha recuperado 2,5 millones de empleos desde mayo, cayendo el desempleo hasta el 13,3%.
"Muchos estadounidenses siguen sufriendo" criticaba Joe Biden ante la alegría de Trump, asegurando que el republicano será el único presidente de Estados Unidos que dejará mayor paro que el que se encontró a su llegada.
También el racismo está provocando una fuerte crisis social en el país, que ya cumple 100 días de protestas continuadas contra el racismo que acabó con la vida de George Floyd hace cien días, y que sigue generando continuos enfrentamientos y, por desgracia, nuevas muertes de ciudadanos de color.
Rusia, el único 'salvavidas' de Donald Trump
Donald Trump ha asegurado esta semana que su Gobierno pondrá a disposición de los ciudadanos estadounidenses una vacuna contra el coronavirus a finales del mes de octubre, casi coincidiendo con la fecha de los comicios norteamericanos.
"Realmente es posible que pueda distribuirse antes del final de octubre, y eso estaría bien. No por las elecciones, sino porque queremos salvar a la gente" ha asegurado el presidente republicano.
Sin embargo, estas afirmaciones no han sido apoyadas por los centros de investigación, que siguen apostando por la seguridad antes de las prisas para conseguir una vacuna eficaz, llegando a pactar, entre varias farmacéuticas internacionales, la no comercialización de la vacuna hasta tener garantías absolutas.
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Una decisión que pone a Trump contra las cuerdas, ya que la vacuna es la única garantía del presidente para conseguir ser reelegido. Algo que podría provocar que Trump mire a Rusia, en busca de un inesperado aliado.
Y es que el país de Putin ya ha probado, con éxito, su propia vacuna contra el virus, afirmando que ya han comenzado con la producción en masa. Una vacuna que podría hacer desaparecer, al menos durante unos meses, la eterna enemistad entre ambos gigantes, y creando un pacto estratégico entre Trump y Putin que podría garantizar la Casa Blanca para el republicano.