La pasada semana todos los telediarios españoles, los programas de radio y la prensa digital e impresa recogieron entre sus informaciones un suceso de lo más escalofriante: la Policía investigaba la aparición del cadáver de una mujer en un vertedero de un pueblo de Toledo.
Tras la autopsia y las pruebas de ADN se pudo determinar que se trataba de Pilar, una mujer de 68 años que vivía en Carabanchel (Madrid). Pero ¿cómo había acabado Pilar así? Siendo una mujer a la que no se le conocían disputas, riñas ni conflictos.
La investigación policial ha determinado que la posible causante de su muerte podría ser Marta, de 34 años, vecina de Pilar, convivían puerta con puerta. Se da la casualidad – aunque todo apunta a que es causalidad – de que el vertedero en el que aparecieron los restos mortales de Pilar está ubicado en el pueblo del que procede Marta.
Según las primeras investigaciones, la causa del asesinato de Pilar a manos de su vecina Marta podría radicar en la deuda que tiene la asesina con la comunidad de vecinos al no pagar las facturas del agua ni gas. Pilar, la víctima, era la presidenta de la comunidad y estaba gestionando esos impagos con la afectada.
El móvil del asesinato, por lo tanto, está en la petición por parte de Pilar, desde su posición de presidenta de la Comunidad, de las cuotas impagadas a la inquilina de ese inmueble.
Este terrible suceso ha llamado la atención de todo el mundo, por cómo ha actuado supuestamente Marta, a sangre fría, ya que llegó incluso a descuartizar a Pilar, a la que supuestamente metió en una maleta, y tiró sus restos mortales sin ningún tipo de escrúpulos a un vertedero, tratando así de deshacerse del cadáver.
La policía, por su parte, continúa con la investigación para determinar en profundidad cualquier detalle que se pueda dar de este impactante acontecimiento.