La discoteca Waka Sabadell se ha convertido en el escenario de una verdadera batalla campal en la madrugada de este sábado, cuando decenas de jóvenes se daban cita en los alrededores de la discoteca para cargar contra el negocio.
Así pues, durante varias horas, los jóvenes han lanzado vallas, piedras, bengalas, botellas y todo tipo de objetos contra el edificio de la discoteca, destrozando todo lo que encontraban a su paso.
Acciones violentas que han justificado basándose en la agresión que vivió un joven colombiano hace unas semanas, cuando los vigilantes del local le golpearon cuando intentaba entrar en el local sin su permiso.
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"Parece que la gente se ha cansado de las actitudes machistas, racistas y homófobas de ese local y hoy se han plantado" ha asegurado un usuario anónimo en Twitter.
Y es que la discoteca, que tendrá que cerrar sus puertas por la readaptación del terreno aprobada en 2026, tiene 'fama' entre los jóvenes por haberse producido en sus instalaciones varios casos de racismo y machismo, siendo éstos desmentidos por la dirección del local.
Cualquier excusa es suficiente para usar la violencia
Violencia extrema de los jóvenes reunidos a las afuerzas de Waka Sabadell que obligaban a la discoteca a cerrar sus puertas antes de tiempo esta madrugada, avisando que tardarán varios días en volver a abrir al gran público.
Y es que, a pesar de que las acusaciones contra el local sean respetables, el uso extremo de la violencia por parte de los jóvenes catalanes se está convirtiendo en una práctica habitual, siendo esta discoteca la última de muchas 'víctimas' de la agresividad de estos jóvenes en los últimos años.
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Algo que hace pensar que, para estos jóvenes, la razón no es importante: ya sea el independentismo más radical, el racismo de una discoteca o manifestarse por alguna medida política: lo importante es tener una 'excusa' para salir a las calles y provocar el caos.