¡¡Son héroes!! Así camufló el comando 'anti Diada' los altavoces con los que amargaron la vida a los indepes

El boicot a la Diada de los independentistas ha sido un éxito, y sus creadores no tienen miedo a las consecuencias.

15 de Septiembre de 2019
¡¡Son héroes!! Así camufló el comando 'anti Diada' los altavoces con los que amargaron la vida a los indepes
¡¡Son héroes!! Así camufló el comando 'anti Diada' los altavoces con los que amargaron la vida a los indepes

Todo planeado al milímetro.

El primer boicot a la Diada separatista, sucedido el 11 de septiembre de 2019, se planeó durante más de un mes, y más de 60 personas conformaron el 'operativo' Boicot. Así lo cuenta este 15 de septiembre el suplemento 'Crónica' de El Mundo. 

Un plan brillante

Todo comenzó la noche del 10 de septiembre, cunado a las 23h., 60 integrantes del operativo, divididos en cinco grupos, se repartieron el recorrido de la Diada, en el que colocaron cientos de pegatinas con el mensaje 'La República no existeix! Idiota!' en semáforos, marquesinas, locales... incluso en un camión de TV3.

En la suite 311 del hotel NH Collection Barcelona Pódium (320 euros la noche)  se subían, ocultos en dos mochilas, dos altavoces Yamaha de 2.000 vatios, alquilados por 292 euros. 

A la mañana siguiente, comenzaba la fiesta. A las 7 de la mañana, José Luis, radiólogo en la sanidad catalana, llama a la puerta de la habitación. Juan Rivas, conserje, ha pasado la noche allí, y le abre. 

Juntos, insonorizan la habitación, colocando el colchón en paralelo a los bafles y encienden la televisión. Visualizan la Diada. Y en el momento preciso, le dan al Play. Y el himno resuena.  (El himno nacional, arma perfecta para combatir a los golpistas: ¡¡Rufián, Aragonés y Bonheví ya se saben las notas de 'pe' a 'pa'!!)

Comienzan los problemas

"Vino un empleado del hotel para pedir que nos marcháramos. Después nos cortaron la luz para que el himno dejara de sonar... Luego subieron tres mossos e identificaron a Juan"- narran los protagonistas de la historia.

Sin embargo, las consecuencias no se quedaron en el lujoso hotel. A pocas manzanas de distancia, cuando su abogado se había marchado y ellos se dirigían a casa, aparecieron dos furgonetas de los Mossos. 

"Tenían pinta de antidisturbios. Salieron unos 12 agentes. Nos identificaron a los seis. Registraron nuestro monovolumen diciendo que quizá teníamos algo peligroso dentro y no encontraron nada. [...] Nos tuvieron como 15 minutos, muy serios, rodeándonos en abanico, como si fuéramos terroristas".