El Gobierno de España, liderado por el socialista Pedro Sánchez, ha mostrado su doble rasero a la hora de controlar el avance del coronavirus en la Comunidad de Madrid y en Navarra.
En la capital de España, región gobernada por el Partido Popular, Sánchez ha decretado el estado de alarma y ha tirado por tierra las medidas tomadas por Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.
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La presidenta madrileña, con sus confinamientos selectivos, ha bajado la incidencia acumulada hasta los 501 positivos por coronavirus por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.
El límite marcado por el Gobierno para confinar a la población es superar los 500 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, Salvador Illa, ministro de Sanidad, ha asegurado que habrá estado de alarma hasta que Madrid tenga menos de 100 contagios por cada 100.000 habitantes.
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El bloqueo y la persecución a la capital de España no tiene nada que ver con la permisividad que tiene Pedro Sánchez con Navarra, gobernada por PSOE, Podemos y Geroa Bai.
Navarra cuenta con una incidencia acumulada de 746 positivos por coronavirus por cada 100.000 habitantes pero Pedro Sánchez no ha mencionado el estado de alarma ni medidas más restrictivas para los ciudadanos.
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De hecho, las personas que residen en Navarra pueden moverse libremente a pesar de que la incidencia acumulada es mucho mayor que en la Comunidad de Madrid mientras el Gobierno de España mira hacia otro lado.
Este martes han entrado en vigor las nuevas medidas de restricción en Navarra, que son muchos menos restrictivas que en la Comunidad de Madrid y sin la intervención de Pedro Sánchez.
¿Fines políticos o sanitarios?
Este doble rasero ha vuelto a poner el foco en el debate sobre si la decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decretado el estado de alarma en Madrid con fines políticos o sanitarios.
Son muchos los que acusan al líder socialista de querer controlar la capital de España, gobernada por el Partido Popular, y utilizar el estado de alarma para hundir a Isabel Díaz Ayuso.