¡¡Que tiemblen las embajadas catalanas!!

El separatismo llama a la puerta de Europa y se la abre el 'escupido' Borrell, azote del secesionismo

¡¡Que tiemblen las embajadas catalanas!!
¡¡Que tiemblen las embajadas catalanas!!

La vida presenta a veces paradojas inverosímiles como la de que el independentismo se agarre a Europa como a un clavo ardiendo y que la Europa en la que confía para liberarse de España esté en manos de Josep Borrell, un catalán españolista que hace apenas unos meses fue escupido en la cara en el Congreso de los Diputados por un representante de ERC, el partido de Oriol Junqueras.

El golpismo catalán se agarra a la Europa de Josep Borrell

Quien siembra vientos recoge tempestades. A base de golpes de Estado el separatismo catalán se ha ganado la repulsa de los españoles y se ganará el castigo de los jueces. Y ante eso no queda más puerta abierta que Europa, la Europa elegida por Puigdemont para escaparse de manera cobarde de sus responsabilidades ante la justicia española. La misma Europa que ha rechazado tres reclamaciones independentistas en favor de sus presos. La misma Europa que cuenta en su puesto de mando con Josep Borrell

A eso se agarra el separatismo, a la Europa de Josep Borrell. Lo tienen muy mal. Se entiende el sabor a derrota que dejó ayer la concentración de esteladas en Estrasburgo. ¿Para qué?

Borrell es uno de los grandes ogros contra los que combate el separatismo. El hecho de ser catalán y defender la unidad de España les enerva aún más. Borrell ha sido siempre uno de los estiletes del constitucionalismo en contra de las tesis separatistas hasta convertirse directamente en su azote. El nuevo jefe de la diplomacia europea fue especialmente combativo en las tribunas mediáticas en contra del referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia posterior. 

Luchador combativo contra la propaganda separatista en el exterior

En los últimos tiempos, como ministro de Exteriores del gabinete de Pedro Sánchez, se mostró especialmente combativo en neutralizar el efecto propagandístico del separatismo catalán en diversos puntos del mundo, dentro de la campaña de internacionalización del Procés.

Se le recuerda especialmente por su defensa a ultranza del embajador de España en Estados Unidos, el exministro del PP Pedro Morenés, cuando rebatía los ataques a España pronunciados impunemente por Quim Torra en una conferencia celebrada en Washington.

También ha sido especialmente crítico con el tema de las absurdas y costosas embajadas catalanas en el exterior que colisionan, entorpecen y neutralizan la estrategia política del gobierno español con mensajes contradictorios que pretenden ensuciar la imagen de España en el mundo. Borrell pidió hace unos días al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña el cierre de las delegaciones catalanas en Suiza, Alemania y Reino Unido lamentando que están dañando la política exterior española y trabajando al servicio de un proyecto secesionista inconstitucional.

A Borrell no le han perdonado los separatistas su participación en la manifestación organizada por Sociedad Civil Catalana después del 1-O y a favor de la unidad de España. Quizá así se explique la tirria que se le tiene especialmente desde ERC. La versión más maleducada Gabriel Rufián se visualiza cuando se refiere a Borrell, a quien un compañero de partido escupió en la cara en pleno Congreso de los Diputados cuando pasó por delante suyo.

A ese, al escupido, le van a pedir ahora ayuda para que Europa comprenda la problemática de esa parte minoritaria de Cataluña enfrentada a un estado de derecho como es España.

En contra del pensamiento único separatista

En una entrevista concedida a la Cadena Ser Catalunya, Borrell ha dicho esta mañana que "el representante de la UE para política exterior y de defensa no se ocupa de los problemas internos de los estados", en respuesta a su animadversión clara hacia el problema catalán.

"No me gusta nada ser el demonio de nada, y le aseguro que desde el punto de vista humano y personal he manifestado mis opiniones, supongo que tengo el mismo derecho que los demás. No ha sido siempre fácil ni agradable, pero pienso que hay que hacerlo", ha dicho requerido por sus opiniones sobre el movimiento soberanista.

Y ha añadido: "Lo que no se puede hacer es aceptar una hegemonía, un pensamiento único y que solo se puedan manifestar los que están a favor de la independencia".

Lo que ha fallado en Cataluña

Ha opinado que el independentismo "todavía tiene un apoyo muy grande, es evidente, pero ya se manifiesta de otra forma", y ha defendido que a la sociedad catalana le ha faltado gente que saliera a decir que las cosas que se han explicado desde el soberanismo no eran verdad.

Borrell, que ha recordado que su nombramiento debe ser validado por el Parlamento Europeo y se ha mostrado prudente hasta que se confirme la propuesta, ha valorado la posibilidad de ocupar "uno de los cargos más representativos y visibles de la UE", que tendrá el reto de conseguir una Europa más integrada.

Su postura ante las embajadas catalanas

Sobre la petición al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) del Ministerio de Asuntos Exteriores de cerrar tres de las delegaciones catalanas en el extranjero -Berlín, Londres y Suiza--, ha alegado: "Pensamos que hacen ejercicio de competencias que no son propias de una comunidad autónoma, sino que son instrumentos al servicio de la difusión de la propaganda independentista; hay muchos casos que lo demuestran".

"Si hacen actividades completamente ajenas a su función, lo tenemos que explicar a los tribunales. ¿Quiere que miremos a otro lado y que simulemos que no vemos nada?", ha planteado.

Y el palo a Ciudadanos

Ha mostrado su comprensión sobre las razones del candidato socialista a la presidencia, Pedro Sánchez, de descartar un gobierno de coalición con Unidas Podemos para desencallar su investidura como presidente del Gobierno, y ha mostrado sus dudas sobre Cs: "El papel de Cs no lo entiendo mucho, me sorprende bastante. No nació para esto".

"En este país siempre nos ha faltado un partido bisagra que esté en medio de los grandes bloques y complete las mayorías de unos y otros sin tener dimensión territorial", ha resaltado Borrell, que ha atribuido a este hecho problemas de estructura territorial.

En su opinión, "a España le hubiera hecho mucha falta un partido liberal centrista que hubiera completado las mayorías y Cs parecía que iba a ser esto".

Ha criticado que Cs hable de los partidos nacionalistas como los 'amigos del PSOE', y se ha preguntado: "¿Usted cree que yo estaría con un gobierno así? Pero yo no soy la prueba del algodón de nada".