"El próximo 1 de octubre se cumplirán dos años desde que el pueblo de Cataluña ejerció su derecho a la autodeterminación y decidió constituir un estado independiente en forma de república".
Así comienza el documento que ha hecho público el Consejo para la República, en el cual se exponen las conclusiones finales de este grupo independentista después de meses de debate interno.
Entre las 'propuestas' que contempla el escrito oficial presentado, destaca la intención de crear una 'plataforma de negociación' con el estado español, la cual incluya una 'mediación independiente'. (El consejo 'gratis' de Jordi Cañas no es válido para el paleto de Quim Torra: ¡¡Objetivo Soto del Real!!)
"Hay un consenso enorme en Cataluña que la mejor manera de resolver cualquier conflicto es una mesa de negociación. En el momento en el que el Estado crea que ésta es la manera de resolver el conflicto, nos encontrará sentados desde hace tiempo" ha afirmado Carles Puigdemont a la prensa en Lugano (Suiza).
Sin embargo, el mismo independentista fugado ha admitido que esta 'oferta de negociación' con España "no es incompatible" con trabajar por la independencia, asegurando que nada de lo que pueda suceder en la negociación "puede paralizar el objetivo del pueblo de Cataluña".
Movilización ciudadana para la independencia
El documento, firmado en Waterloo a día 14 de septiembre, pide que se reconozca, por parte de las instituciones españolas e internacionales, el derecho de autodeterminación catalán, así como que se detenga la represión y se respeten los derechos civiles y políticos.
Afirmando que es posible que la autodeterminación sea bloqueada "por la negativa al diálogo de la mayoría de fuerzas políticas e instituciones españolas", el Consejo insta a la sociedad catalana a prepararse para "materializar" la independencia, llegando incluso a la desobediencia civil.
Según el documento publicado, es necesario "movilizarse para acompañar la acción de las instituciones catalanas para materializar este mandato (de independencia), ejerciendo los derechos civiles esenciales en un sistema democrático consolidado, así como la desobediencia civil cuando sea necesaria, siempre dentro del marco de lucha no violenta.