La lengua española posee multitud de formas verbales, de ahí su gran complejidad a la hora de aprenderla.
Una de las grandes dudas que aparecen es saber diferenciar los verbos transitivos de los intransitivos.
Verbos transitivos
Los verbos transitivos son aquellos que pueden tener dos participantes o argumentos nucleares, un argumento externo al sintagma verbal (llamado sujeto gramatical, argumento A o argumento externo) y otro argumento interno (llamado primer objeto).
Otra defición sería que los verbos transitivos son los que necesitan acotación semántica porque su significado es muy amplio. Por el contrario, los verbos intransitivos son aquellos que no necesitan de ninguna determinación o acotación.
Las oraciones transitivas se caracterizan por tener como núcleo a un verbo transitivo que debe llevar un complemento directo para completar su significado.
El complemento directo es la persona, animal o cosa modificada o afectada por la acción del verbo, en español puede sustituirse por el pronombre átono lo, la, los o las si es de tercera persona.
Si se vuelve el verbo transitivo a voz pasiva, el complemento directo se transforma en sujeto paciente.
La transitividad se define en la gramática tradicional española como la capacidad de determinados verbos de hacer recaer la acción en una persona o cosa que es término o complemento de la acción.