Ya conocemos el Gobierno de Pedro Sánchez y los nombres que van a ocupar las carteras. No ha habido grandes sorpresas, después de confirmar que no habrá ningún miembro de Podemos y los nombres más o menos esperados por todos, aunque sí hay una ausencia llamativa.
Ximo Puig era una de las personas que parecía tener más posibilidades de convertirse en nuevo ministro para Pedro Sánchez. Persona cercana a él, confía totalmente en su gestión, pero finalmente ha sido descartado, lo que ha sorprendido a muchos que no se lo esperaban.
Sin embargo, el líder socialista tiene otros planes para el ex presidente de la Generalitat valenciana. Y es que, esta decisión parece cerrar su etapa en la política, y aunque todavía ostenta varios cargos, no parece que vaya a ser un rostro tan relevante como se esperaba.
Un fichaje con aroma a consuelo
A pesar de que Puig no vaya a estar en el gobierno, Sánchez parece que no se ha olvidado del todo de él, y quiere endulzar el descarte del valenciano como ministro con un fichaje que parece un consuelo y la demostración de que no se quiere separar todavía de él.
Aunque en esta ocasión es Gabriela Bravo, la que fuera consejera de Justicia del Gobierno valenciano y también mujer de Ximo, que entra en todas las quinielas para convertirse en la número 2 de Félix Bolaños, es decir, secretaria de Estado de Justicia.
Además, también ha estado en el Consejo General del Poder Judicial y fue militante de la asociación profesional más afín al PSOE, la Unión Progresista de Fiscales, por lo que tiene la confianza de Pedro Sánchez, y por eso sería la elegida para encargarse de un puesto importante.
Tiene pinta de que la ausencia de Ximo Puig la han querido compensar con Gabriela Bravo, algo que le hace un flaco favor porque ya en el pasado fue acusada de llegar a la política “por enchufe”. Ahora tendrá de nuevo que hacer frente a las voces críticas, en un gobierno que ya nace con mucha polémica.