Pedro Sánchez tiene la cabeza de turco perfecta para salvar los muebles tras el caso Mediador

El presidente del Gobierno planea ‘liquidar’ a un peso pesado del Ejecutivo para desviar la atención mediática a otro foco

18 de Marzo de 2023
Pedro Sánchez y Fernando Grande Marlaska
Pedro Sánchez y Fernando Grande Marlaska

El presidente del Gobierno está viviendo una etapa muy convulsa. Lo cierto es que, a lo largo de toda su legislatura, nunca se ha visto del todo cómodo al presidente. Siempre ha tenido temas espinosos a los que enfrentarse, ya sea por su mala gestión o por los compromisos en los que le metían sus socios de Gobierno.

Eso sí, lejos de entonar el ‘mea culpa’, el presidente ha intentado siempre depurar responsabilidades. O bien ha culpado de todo lo malo que sucede a la oposición o, incluso, al cambio climático. Increíble, pero cierto.

Crisis en el Gobierno de coalición

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que una vez se supere el trámite de la moción de censura de Vox, que se debatirá en el Congreso los días 21 y 22 de marzo, el Ejecutivo abordará la crisis de Gobierno, para sustituir a las ministras socialistas Reyes Maroto y Carolina Darias, ya que ambas han decidido dedicarse a la política municipal.

Otro asunto que preocupa a Pedro Sánchez es el futuro del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Según se ha podido saber, el entorno más cercano al presidente, Félix Bolaños y Antonio Hernando, barajan la posibilidad de cesar al actual ministro del Interior.

Con la posible sustitución de Marlaska, el Ejecutivo central trataría así de ofrecer una ‘cabeza de turco’ y frenar la sangría electoral que puede provocar el Caso Mediador y el Tito Berni.

Lo que pretende hacer el PSOE es desviar la atención de este escándalo tan sumamente perjudicial para la reputación socialista, y la destitución de un controvertido ministro como es Marlaska podría ser sin duda alguna la solución.

A Marlaska se le ha criticado mucho en estos años que lleva en el Ejecutivo. La crisis migratoria, como por ejemplo la actuación policial en el salto masivo a la valla de Melilla, le han condenado, incluso la oposición ha solicitado su reprobación.

Así pues, parece que Sánchez podría tener fijado ya su próximo objetivo político. Capaz de sacrificar a una pieza clave de su Gobierno por salvar su futuro. Le ha cogido el gusto al despacho presidencial y quiere quedarse a toda costa.

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