Tanto el debate del martes, como la votación del miércoles de la sesión de investidura del Alberto Núñez Feijóo, dejaron varios señalados en el hemiciclo. De un lado, Feijóo sorprendió por su liderazgo, su programa de gobierno y sus contundentes réplicas. De otro, a Sánchez escondiéndose detrás de Óscar Puente. Y en medio, los independentistas y nacionalistas a ver quién se autoproclamaba más alto como la llave del gobierno y pedía un precio más alto.
Uno de los grandes ausentes, fue el barón del PSOE, Emiliano García-Page. El presidente de Castilla la Mancha, ya se había pronunciado con anterioridad duramente contra la amnistía que está promoviendo su partido, y su opinión sobre el debate era de las más esperadas.
La denuncia desde dentro de García-Page
Así en la inauguración de la modernización de los regadíos de la Comunidad de Regantes del Embalse del Gasset en Fernán Caballero, Ciudad Real, declaró a los medios que siguió “poco” el debate de investidura, ya que tuvo reunión del Consejo de Gobierno. Sin embargo, ha declarado, que le interesa más saber sobre “el debate de fondo”, de las investiduras.
Y es que el socialista se ha mostrado muy contrariado por el “secretismo”, “Todos queremos saber lo que dicen unos que se está negociando, pero como no lo sabemos... ese es el debate de fondo”, criticando la falta de información de su partido sobre las negociaciones de Pedro Sánchez con los independentistas, sobre todo con los catalanes
Igualmente ha criticado las peticiones de los independentistas, sobre todo las de volver a hablar de un referéndum de autodeterminación, aunque reconoce que no son nada nuevo porque “lo llevan pidiendo todo el tiempo”. Para García-Page, “El problema no es ser independentista, porque se puede pedir y eso es legítimo, el problema es saltarse la Constitución y saltarse las leyes. Son delincuentes constitucionales”. Una opinión que vuelve a dejar a las claras que el PSOE sí que está dividido en torno a la amnistía, sólo que algunos no lo quieren ver.