Tras la votación fallida para Feijóo del pasado miércoles, las caras de la bancada socialista eran exultantes. Aún queda la votación del viernes, pero en Ferraz la consideran un mero trámite, y ya han puesto en marcha la maquinaria para la investidura de Pedro Sánchez.
“España se apresta a repetir ese Gobierno de coalición progresista dentro de poco tiempo”, fueron las primeras palabras del todavía Presidente en funciones. Y es que los socialistas se congratulan de tener atados los votos de los partidos nacionalistas e independentistas, a pesar de sus altos precios. Algo que desde el otro lado se han esmerado dejar claro que no es así.
Frenazo a las expectativas de Sánchez
El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, ha afirmado este jueves que “no descarta” una repetición de las elecciones generales y ha considerado que la primera quincena de octubre “será clarificadora”. Para el vasco, “Indudablemente hay que aprovechar el momento para hablar de la cuestión territorial, pero intentar cerrar temas concretos, por ejemplo un referéndum de autodeterminación en Cataluña, coloca al PSOE en una tesitura de no poder llevarlo adelante”.
Por otro lado, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha advertido que el pacto con el PSOE para revalidar el mandato de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno está “lejos” de ser una realidad. Salvo en el tema de la amnistía, que ya está pactada para ERC, “Es evidente que en todos los aspectos que planteamos estamos, por muchas razones, lejos de ponernos de acuerdo”. Además ha hecho hincapié en los continuos incumplimientos de Sánchez, por lo que su apoyo no está cerrado, “absolutamente no”.
El tiempo apremia para Sánchez, ya que el reloj electoral ya se ha activado. Si antes del 27 de noviembre, no consigue ser investido, habrá elecciones el próximo 14 de enero. Así que, a pesar de tener muchas esperanzas en cerrar los acuerdos, desde Ferraz han activado el plan B, y han empezado la campaña electoral por su cuenta.
Y es que el gobierno, en funciones, ha activado ahora las campañas de publicidad institucional que quedaron paradas por las elecciones generales. De todas ellas, llama poderosamente la atención la campaña del Ministerio de Yolanda Díaz “Trabajo decente”, con un presupuesto de 345.000 euros, en el que el gobierno autopromociona su polémica reforma electoral.