La semana pasada por fin tenía lugar la sesión de investidura de Pedro Sánchez. Después de retrasarla durante semanas para poder negociar con los independentistas, por fin llegaban a un acuerdo, el socialista se arrodillaba ante sus exigencias sólo para salir elegido presidente.
Sin embargo, 5 días después, ha recibido un golpe que no se esperaba, que está haciendo tambalear su Gobierno y que puede hacer que sea imposible sacar cualquier medida adelante. Estaba claro que no iba a tener mucha estabilidad tantos pactos para llegar a la Moncloa.
En esta ocasión, quien le ha dado la mala noticia a Pedro Sánchez es el juez de la Audiencia nacional, García Castellón. Y es que ha pedido al Tribunal Supremo que abra causa por un delito de terrorismo a Carles Puigdemont en la investigación de Tsunami Democràtic.
El juez sitúa al ex presidente de la Generalitat en el "vértice más alto de la organización" además de señalar que como "líder desde Bruselas del independentismo le atribuye una posición de autoridad incuestionable", lo que respalda su petición.
Un problema para Sánchez
Para García Castellón hay pruebas suficientes para señalar a Puigdemont en el nacimiento y planificación de las acciones de Tsunami por lo que cree que es necesario que sea juzgado por un delito de terrorismo, lo que además podría dejarle fuera de la amnistía.
Esta se contempla para los delitos del independentismo, pero la aplicación al ex presidente si finalmente es acusado de terrorismo puede complicarlo. Y si se queda fuera, está claro que será un gran problema para Sánchez y para sacar adelante el Gobierno.
Puigdemont quería regresar a España, es su única intención, pero si finalmente ve que es imposible, ya no tendría ninguna motivación para seguir apoyando al PSOE por lo que podría retirar sus votos de todas las medidas que intenten impulsar, lo que haría que el Gobierno no pueda legislar.