Este martes el PSOE dará el primer golpe a la democracia de nuestro país, ya que se iniciará el debate para la modificación del reglamento en post de incluir al catalán, al vasco y al gallego, como lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados. Un debate, en el que ya se podrán utilizar esas lenguas en el hemiciclo.
La reforma del Reglamento de la Cámara Baja, que se ha tramitado por la vía de urgencia, lo que significa que no pasa por la Comisión del Reglamento, será aprobada definitivamente el jueves, cuando se rechacen la enmienda a la totalidad que ha presentado Vox y las que presenten el PP y UPN, partidos que se oponen a la medida.
Mientras tanto, la Cámara Baja ya se está preparando para una adaptación técnica y económica exprés, ya que pondrá a disposición de los 350 diputados, así como de sus trabajadores, de los periodistas parlamentarios y del público asistente, un total de 650 auriculares, de los cuales se han comprado 450 por 7.300 euros. Las petacas de carga, serán de alquiler por un coste de 45.900 euros, sólo hasta final de año. Y a esto hay que sumar el coste de los intérpretes que dependerá del número de sesiones que haya al cabo del año.
El último engaño que desmiente la Constitución
Sin embargo, todo este dispendio para contentar a los independentistas, se basa en una falacia que a base de ser repetida tantas veces, hemos aceptado como una certeza. Y es que no paramos de escuchar que el euskera, el catalán y el gallego, son lenguas cooficiales del Estado Español, y ahí es donde está la trampa que el PSOE ha hecho pasar por certeza.
Y es que el artículo 3 de la Constitución señala que solo es oficial el castellano en España y el resto de lenguas son solo cooficiales en sus respectivas comunidades, no a nivel nacional, la única lengua oficial en el estado es el castellano y «todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla»; y continúa: «las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos».
Es cierto que el Senado sí que se utilizan, pero la Cámara Alta es una cámara de representación territorial, motivo por el cual sí que está autorizado el uso de las lenguas cooficiales. Sin embargo el Congreso de los Diputados no tiene tal consideración, ya que representa al Estado, y no a los territorios, por lo que según la Carta Magna, únicamente debería utilizarse el castellano como lengua de comunicación entre los parlamentarios.