Las elecciones autonómicas a la Comunidad de Madrid, celebradas el pasado 4 de mayo, marcaban una clara confrontación pública entre el Gobierno de la popular Díaz Ayuso frente al Gobierno de España de Pedro Sánchez, quien no dudaba en cargar contra la popular, llegando a asegurar que la gestión de Ayuso había provocado que Madrid sufriera la pandemia del coronavirus en condiciones más complicadas que la de otras comunidades autónomas.
Ataques que no surtieron efecto, consiguiendo la popular casi la mayoría absoluta en la capital española, pero que se han mantenido en el tiempo, aprovechándose desde el Ejecutivo cualquier suceso para atacar de forma directa a la presidenta madrileña.
Algo que volvía a suceder estos pasados días, tras la denuncia (posteriormente aclarada como falsa) de un joven homosexual, que aseguraba haber sufrido graves lesiones en el madrileño barrio de Malasaña en un ataque homófobo.
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"Han aumentado los delitos y discursos de odio" en Madrid, señalaban socialistas y comunistas de forma pública, mientras que el propio presidente del Gobierno convocaba de urgencia una reunón de la Comisión del seguimiento del Plan contra los delitos de odio en la capital.
Movilización de la izquierda contra el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso que, de nuevo, ha sido en vano, ya que la denuncia finalmente era falsa... y los datos desmentían las críticas de la izquierda contra Madrid.
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Así pues, y pese al foco propagandístico de PSOE, Podemos y Más Madrid, los datos del Ministerio de Interior del 2020 destacan que es Cataluña la región donde más delitos de odio se han producido durante el pasado año, 153; por debajo, queda la Comunidad de Madrid, con 146, y el País Vasco, con 143.
Sin embargo, y según esos mismos datos, y teniendo en cuenta el porcentaje por cada 100.000 habitantes, es el País Vasco, seguido de Navarra, Ceuta y Melilla, las regiones y ciudades autónomas a la cabeza de estos delitos de odio, en cualquiera de sus categorías: homofobia, racismo, antisemitismo, creencias religiosas, etc.
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Datos que también ha sacado a la luz el alcalde de la capital española, que, a la vez que rechazaba cualquier agresión homófoba, criticaba a aquellos que utilizaran la situación para hacer propaganda. "Yo lo que digo es que no se haga una utilización partidista; que no se pretenda hacer un uso electoral de estas agresiones" ha destacado el alcalde.
"Llamo a los ciudadanos a estar alerta. Porque cuando la izquierda va perdiendo el poder [...] vuelven a las calles. Y desde luego, utilizar el feminismo, el medio ambiente, o la sexualidad para dividirnos, es algo que no voy a permitir en Madrid" ha sentenciado Ayuso.