La mujer intervino inmediatamente y detuvo al niño. Cuando vio al gatito indefenso y tembloroso en el suelo, supo que tenía que actuar. Preguntó a los vendedores cercanos y descubrió que el gatito no tenía hogar. Sin más, decidió llevarse al gatito a casa.
Una vez en casa, lo primero que comió el gatito fue un enorme plato de comida. Después fue bañado. El gatito apenas se resistió y la mujer tuvo que cambiar el agua tres veces hasta dejarla limpia. La mujer notó que el estómago del gatito era muy grande y estaba constantemente hinchado.
Temió que el pequeño padeciera ascitis y rápidamente lo llevó a una clínica veterinaria. Después del examen, el médico le dijo un resultado sorprendente: ¡el pequeño estaba perfectamente sano!
La razón de su gran barriga era simple y sencilla: comía demasiado. Probablemente había tenido mucha hambre durante su estancia en la calle y ahora no podía comer lo suficiente. La mujer está feliz de haber ido al mercado ese día. De lo contrario, probablemente nunca habría conocido al gatito.
El pequeño probablemente todavía estaría escondido en el mercado de verduras y siendo atormentado por niños traviesos todos los días. Gracias a esta feliz coincidencia, el gatito ahora no sólo tiene un nuevo hogar, sino también una familia amorosa que quiere ofrecerle una vida mejor.