El equipo de rescate se llevó a Francisco a una clínica veterinaria. Allí, descubrieron el alcance de su sufrimiento: insuficiencia renal,enfermedad por garrapatas y una herida abierta en la cabeza. Sus posibilidades de supervivencia escasas.
Las semanas se convirtieron en meses y Francisco comenzó a mejorar lentamente. La infección en su cuerpo comenzó a retroceder y su herida, una vez abierta, comenzó a sanar.
Para Francisco, el camino hacia la recuperación fue largo y arduo pero emergió del otro lado más fuerte y resistente que nunca. Con un movimiento de su cola y un brillo en sus ojos.
Francisco aprovechó su segunda oportunidad en la vida, aun le queda un largo camino, pero cuando este recuperado podrá encontrar una familia que lo quiera.