Esto hacía que caminar y moverse fuera extremadamente difícil. No le amputaron las piernas y esto no es una deformidad congénita.
Joey necesitará cirugía para un tumor en su pene, así como prótesis personalizadas para que podamos devolverle las piernas.
Joey es simplemente increíble. Su movilidad es su mayor desafío, pero como sus defensores, estamos trabajando para solucionarlo. Su madre adoptiva es tan buena como parece, como una entre un millón.
Aunque el cuerpo físico de Joey nunca volverá a ser el mismo, su espíritu permanece completamente intacto: feliz, cariñoso y muy dulce. Su resiliencia es notable.
Su sonrisa es contagiosa. Él es muy especial. Hoy probará por primera vez una ayuda a la movilidad. Y en medio de todo esto, su cola nunca dejó de moverse. Joey es una inspiración y estamos muy orgullosos de apoyarlo en su viaje.