Obsolescencia programada: así nos toman el pelo con los smartphones

Los dispostivos móviles podrían durar hasta los 12 años si su vida no se acortara de forma intencionada; España sufre un vacío legal en este aspecto

09 de Agosto de 2020
Obsolescencia programada: así nos toman el pelo con los smartphones
Obsolescencia programada: así nos toman el pelo con los smartphones

En los tiempos que corren, la obsolescencia programada afecta a muchos productos de distintos sectores, entre los que destacan el textil, el de los electrodomésticos y el de los 'smartphones'.

Concretamente, el sector de estos dispositivos móviles es donde se pone de manifiesto la obsolescencia programada, ya que a partir de los dos años empiezan a ralentizarse y a dar fallos electrónicos.

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"Absolutamente todos los fabricantes de móviles la practican en estos momentos. Cuando el móvil se ralentiza o ciertas apps no funcionan, el usuario ya empieza a pensar que es normal”, asegura Benito Muros, presidente de la Fundación Energía e Innovación Sostenible sin Obsolescencia Programada (Feniss).

Según sostiene Muros, la vida útil de un teléfono es de dos años. A partir de ahí, es normal que el dispositivo empiece a dar problemas y su reparación puede costar hasta un 40% de lo que valdría adquirir uno nuevo.

"Si no existiera la obsolescencia programada, un teléfono móvil tendría una vida útil de 12 a 15 años", afirma.

AGCM, multas para Apple y Samsung 

Hace meses, la Autoridad Garante de la Competencia y del Mercado de Italia interpuso hace dos semanas una multa de cinco millones de euros a Samsung y otra de diez a Apple por obligar a sus clientes a realizar actualizaciones de 'software' que ralentizaban los teléfonos.

Ambas compañías han sido acusadas de llevar a cabo "prácticas comerciales injustas" que causaron graves disfunciones y redujeron significativamente el funcionamiento de los dispositivos.

España, vacío legal 

El Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos incluye dentro de las obligaciones para los fabricantes que estos aparatos sean diseñados y producidos de forma que se prolongue lo máximo posible su vida útil.

Pero mientras en países como Francia o Italia ya se promueven leyes para erradicar completamente estas prácticas, en España no hay ninguna ley que penalice la obsolescencia programada.