El cambio de rumbo que ha tomado Pablo Iglesias ha descolocado por completo la esfera política de las últimas semanas.
La decisión del podemita de echarse a un lado en la posible formación de Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho que se vuelvan a abrir las puertas de la negociación y, posiblemente, de la Moncloa para el socialista.
Y, debido a este 'sacrificio' de la formación morada, los podemitas consideran que ahora tienen las manos libres para implantar sus exigencias en la mesa de negociación PSOE-Podemos. (El 155 en Cataluña está detrás del mal rollo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias)
Así pues, Iglesias establece una línea roja para pactar con los de Sánchez: que el PSOE no pueda imponer ningún veto más. Así pues, será Podemos, de forma exclusiva, quien nombre a sus representantes en el Gobierno, resonando con fuerza los nombres de Irene Montero y Pablo Echenique como algunos de los elegidos.
Ambos contarían con el apoyo del PSOE para entrar en el Gobierno socialista de conseguir el acuerdo. También suenan otros nombres podemitas como el de Rafael Mayoral, Ione Belarra, Yolanda Díaz o Alberto Rodríguez.
Representación proporcional... y muy social
La formación morada considera que, de haber acuerdo de formación del Ejecutivo, el peso de ambos partidos debe ser "proporcional a los votos". Así pues, el partido podemita podría obtener hasta cinco carteras de ministros (el PSOE obtuvo 7,4 millones de votos, y 3,7 Unidas Podemos). En el caso del Consejo de Ministros, los socialistas se quedarían con 123 diputados y Podemos con 42.
Volviendo a sus promesas electorales, los de Pablo Iglesias buscan centrarse en las áreas más sociales del Gobierno. Su interés pasa por los departamentos de Trabajo y Seguridad Social, Cambio Climático y Transición Ecológica, etc.