La televisión catalana TV3 es famosa por ‘sucumbir al régimen’. Es el altavoz utilizado por los independentistas más radicales para tratar de que su mensaje cale en la sociedad. De hecho, durante el ‘procés’ y el juicio por el intento de golpe de Estado, en TV3 ‘denunciaban’ que no se les permitía llamar a los independentistas encarcelados y huidos como ‘presos políticos’.
En los programas de ‘humor’ de TV3 como ‘Està Passant’ o ‘APM’ son habituales los sketches o secciones de burla hacia España o los dirigentes españoles. Intentando siempre ridiculizar a todo lo que tiene que ver con el ‘enemigo’.
Sin embargo, esta semana en ‘Està Passant’, programa presentado por Toni Soler y Jair Domínguez, han tratado de ir más allá y han salido francamente tocados.
Todo viene por el viaje por América Latina que está realizando el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con el fin de dar a conocer la región en países latinos. Aragonès viajó a Bogotá, capital de Colombia, donde supuestamente se iba a reunir nada más y nada menos que con Gustavo Petro, presidente de la República de Colombia. Un encuentro que los catalanes celebraban y vendían como un auténtico logro.
Sin embargo, el mismo día, sin previo aviso, Petro canceló la visita y dejó tirado a Aragonès. Mandó a la reunión a un par de ministros y alegó que no podía asistir al encuentro por una situación grave de violencia en el sur de Colombia.
Soler y Domínguez, en ‘Està Passant’, han valorado en ‘tono humorístico’ este asunto. Entre otros comentarios, los presentadores catalanes han dicho que “¡Hombre! En Colombia, una situación de violencia tampoco es noticia. Una situación de violencia brutal en Colombia es un martes por la tarde. Eso sí, imagínate cómo debe ser la situación para que en Colombia digan que es grave, que ellos en la guerra de Ucrania le llaman el debate de Ucrania o el picnic”.
Sin duda una actitud muy poco profesional y que ha generado multitud de quejas y reproches por parte de usuarios de redes sociales, que han afeado a los dos presentadores su actitud. Incluso la embajada colombiana en Barcelona ha salido al paso para condenar estos comentarios.