Por fin consiguieron meterla en el coche y allí mismo empezó a comer. Era muy cariñosa y una de las rescatistas se la llevo a casa
Comer, descansar y el cariño era lo que necesitaba. Empezó a recuperarse y cada vez estaba más bonita. Lo que no tenía solución era su ceguera, pero consiguió acostumbrarse a ella.
La llevaron al refugio y vieron que le gustaba jugar en el patio. Una casa con jardín seria un buen lugar para que fuese su hogar.
Descubrieron que le encantan los helados de McDonald’s y de vez en cuando la llevaban a comer un cono como los que le gustaban. Ha luchado y conseguirá se feliz.