Los residentes los alimentaban afuera, pero nunca los dejaban entrar.
Un día, el gato entró en el patio trasero de una mujer irritable y accidentalmente lastimó a sus gallinas.
Enfurecida, asustó al gato y a sus gatitos, dejándolos traumatizados. La madre gata cavó un hoyo por seguridad y comenzó a vivir en él con sus gatitos.
Unas buenas personas los vieron y con mucho trabajo los rescataron. Les han ofrecido un nuevo hogar cómodo, los alimentan y crecerán felices con su madre.