Una buena persona que pasaba por allí, lo recogió con una toalla y lo llevó al veterinario. Le pusieron el nombre de Draper. Lo colocaron en un calentador todo un día para recuperar la temperatura.
Draper estaba recibiendo un cambio de vendaje diario y terapia con láser. La salud de Draper ahora está estable, come y duerme bien. Unas horas más en la nieve y se hubiera muerto.
Draper abrió los ojos, los ojos del cachorro eran hermosos, brillando como un ángel. Ahora juega y es un perrito feliz y muy cariñoso.