Nos cuenta que su corazón se rompió al verlo. Pudo localizar donde estaba el perro y al cabo de unas horas había llegado al lugar.
Intento levantarse y huir, pero no pudo. Al final lo cogieron y lo llevaron al veterinario. No tenía ningún hueso roto, pero descubrieron que tenía una bala en medio de la columna y eso era un gran problema.
Las pruebas demostraron que tenía una hemorragia interna masiva y que el futuro de aquel angelito peligraba. Nos esforzábamos para conseguir darle una vida mejor.
Le habían quitado la bala y parecía que todo iba bien. Le habían puesto una placa de hierro y le costaba caminar. Se había quedado completamente ciego, pero había superado lo peor.