Les di comida y disfrutaron, nunca había comido algo tan delicioso. La madre perra nos observaba en silencio y permitió que nos los lleváramos y a ella también.
La mama no confiaba, solo bebió agua y quería volver al camino donde estaban. Les hicimos pruebas, tenían sarna, quizás por eso los abandonaron. Además, tenían parásitos, anemia y deshidratación.
Durante unos días su salud nos preocupaba. Hay que bañarlos y medicarlos a todos. En cambio, su carácter es muy alegre. El tratamiento no funcionaba y lo cambiaron. Poco a poco mejoraban. La mama perra también mejoró.
Estaban listas para darles el alta y que volvieran al refugio. Siguen bañándolos y con las curas. La mama perra no está contenta, parece que extraña a sus dueños.
En unos días fueron adoptados los tres. Ahora crecen rodeados de amor, nunca más pasaran hambre. La mama perra se quedó con nosotros y ya se ha adaptado y está bien.