Carles Puigdemont, siguiendo con la línea dura que ha mantenido desde Waterloo, se presentará como número 1 de las listas de JxCat a la Generalitat de Cataluña en los próximos comicios autonómicos.
Sin embargo, su condición de fugado de la Justicia imposibilita, de resultar elegido como president y ganar las elecciones, que asuma el cargo en el Parlament, ya que de pisar España, será inmediatamente detenido y enviado a prisión preventiva. (Esta alcaldesa francesa chalada dice que España nunca ha sido una nación)
Algo que hace que Puigdemont haya tenido muy presente a quién elegir como número 2 de sus listas, ya que, de ganar las elecciones, será el presidente a efectos prácticos, tal y como informa OkDiario.
Y, por fin, el ex president de la Generalitat ha puesto el dedo sobre su candidata a la Generalitat: Elsa Artadi, actual portavoz de JxCat en el Ayuntamiento de Barcelona.
Una decisión que deberá ser aprobada a través de las primarias en el partido, pese a que pocos se atreverán a contradecir las preferencias del fugado de Waterloo; Damià Calvet o Jordi Puigneró podrían ser los otros candidatos en las primarias, aunque aún no han hecho públicas sus candidaturas. (... Y al sexto día rectificó. Frigo pone fin a su chifladura separatista)
Quién es Elsa Artadi, la 'nueva' marioneta de Puigdemont
La elegida desde Waterloo ya había sonado con fuerza en 2017 como sustituta de Puigdemont cuando éste tuvo que elegir sustituto.
Sin embargo, Quim Torra acabó ocupando esa posición, quedando Artadi como candidata efectiva de Quim Forn en Barcelona, y convirtiéndose en una de las grandes estrategas del proyecto político de Puigdemont desde la Ciudad Condal. ("España nos divide". La última ocurrencia de Quim Torra te dejará a cuadros)
Algo que ha hecho que el de Waterloo vuelva a incluirla en su núcleo duro, convirtiéndola en su posible futura vicepresidenta y portavoz de la formación.
De esta manera, fuera de juego queda Laura Borràs, quien era la favorita de Puigdemont y sonaba como posible candidata, hasta que la "imposibilidad de controlarla", de la que ella misma hace gala, provocó que Puigdemont, siempre en busca de una marioneta en la Generalitat, la haya rechazado como su segunda.