Las personas somos libres de decidir cuándo perdemos la virginidad. ¡¡Pero Belén Esteban le mintió como una bellaca a Jesulín!!

Jesulín siempre creyó que Belén Esteban había perdido la virginidad con él, pero no era verdad...

16 de Junio de 2019
Las personas somos libres de decidir cuándo perdemos la virginidad. ¡¡Pero Belén Esteban le mintió como una bellaca a Jesulín!!
Las personas somos libres de decidir cuándo perdemos la virginidad. ¡¡Pero Belén Esteban le mintió como una bellaca a Jesulín!!

Verónica González y las secuelas de una relación

Pero retrocedamos en el tiempo para dar sentido a estahistoria. Belén esteban se cansa de repetir lo popular yquerida que es en su antiguo barrio Bilbao. El problema esque sus ex vecinos no opinan lo mismo. Eso sí la de SanBlas es uno de los temas más socorridos de conversaciónentre el paisanaje.

En mi afán por trazar el perfil que más se ajuste a lapersonalidad de la ahora famosa estrella cutre de latelevisión, me he pateado el barrio Bilbao, desde el límitesuperior de la calle Alcalá hasta la larga avenida de laFuente Carrantona, y entre la avenida de los hermanosGarcía Noblejas y las tapias del Cementerio de LaAlmudena. Y nada, ni los muertos hablan bien de la estrellamediática. ¿Por qué será?En esta búsqueda di con la compañera de juergas de laEsteban. Verónica González.

Verónica conserva pocosrecuerdos buenos de su otra amiga. Confiesa que no le perdonará nunca a tarde que la dejó tirada en Moratalaz, aunos cinco kilómetros del barrio, para enrollarse con ungitanillo. Dos horas andando sola por las tapias delcementerio, con la noche cayendo y casi más muerta demiedo que los propios inquilinos del “local” que tuvo querodear.Verónica 33 años, ha vivido toda la vida en el barrioBilbao.

La amistad con Belén no duró mucho, apenas dos otres años. Fueron los años pre-Jesulín, los desconocidospara el gran público que ahora dice estar encantado con laautoproclamada “princesa del pueblo”. Verónica es de lasque se ríe cuando lo escucha y de las que se indigna al oírtanta mentira. Ella sabe muchas cosas de aquella etapa deBelén, de sus primeras andanzas amoriegas.

De la pasiónpor un torero, que no era el de Ubrique, de la relación conaquel gitanillo al que se entregó. De todo esto hace muchosaños.A Verónica la marcó el drama familiar. Casi a modo deterapia quiere desvelar para el gran público cuatro cosillasque van a sonar a ruido. Pero lo hace porque quiere que seconozca a esa Belén de la que no se habla. Se ríe cuandoescucha que la nariz desviada o los dientes perdidos seanfruto de la diabetes que sufre Belén Esteban “En mi familiapor desgracia hay varios diabéticos y a ninguno se le hadoblado la nariz, ni se le ha caído los dientes.

Esa historiase la puede contar a los que no conozcan estaenfermedad”, no refiere Verónica sin querer profundizar enel tema, porque, como ella dice “no voy a ser yo la tonta que diga lo que todos saben y nadiedice en público. Yo sólo voy a contar aquello de lo que hesido testigo directo”.

Así es como nos sitúa en el espacio y en el tiempo enuna narración que transcribo sin añadir ni una sola coma,pero silenciando lo que la propia Verónica no le favoreceráque salga de su boca. La conversación tuvo lugar en el BarCésar en la calle Llanos de Escudero, la misma en la quevivía Carmen, la madre de Belén, digamos la casa familiarde los Esteban Menéndez. El bar es propiedad de CésarAlonso, padre del segundo novio que tuvo Belén y de igualnombre que su progenitor, y que ahora lo tiene traspasadoa Vicente, un viejo conocido nuestro de otras épocas.


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

César regenta junto a su padre otro bar de su propiedadfrente a la plaza de toros de Las Ventas, en la calle Alcalá,de igual denominación. No, no se trata de una coincidencia.Verónica quiso que fuese en ese lugar para que nosubicáramos. Hasta comienzos de la década de los 2000, lazona cercana al bar César y toda la manzana de edificioseran un solar plagado de chabolas donde corrían la droga yla miseria. En la acera de enfrente, la de los númerosimpares estaban las últimas casas del barrio Bilbao y, justoen la esquina en el portal 49, residía Belén y su familia. Loquieran o no los Esteban vivían frente a la miseria, “Más deuna vez Belén tuvo que salir corriendo de gente que le salíaal paso de las chabolas, algunos para insultarla cuando yaempezaba a ser conocida en la tele”. Nos refiere Verónicaantes de comenzar éste relato.

Entrevista a Verónica González "Bar Cesar"

Belén y yo nos conocemos desde que yo tenía 13 años,ella creo que dos o tres más que yo. Nos conocíamos delbarrio, ella vivía en esta calle (Llanos de Escudero) y yo unpar de calle más atrás, en Pedro Antonio de Alarcón. Misamigas y yo íbamos al colegio La Casita de la Virgen, en elbarrio de la Concepción (para los que no lo conozcan, elbarrio vecino al otro lado de la calle Alcalá).

Nunca megustaron los estudios, así que cada dos por tres hacíanovillos. Nos íbamos a los cuarteles militares a ligar con loschicos que estaban haciendo la mili y quedábamos conellos para ir el fin de semana a la discoteca.Yo empecé muy joven a ir a las discotecas con la pandade amigas del colegio, apenas con 12 años. Belén se vinouna tarde con nosotras a la discoteca e hicimos muybuenas migas ambas, por lo que nos separamos del grupoy comenzamos a salir solas las dos, pero seguimos yendoa las discotecas. Íbamos de jueves a domingo, todos los

días, a la discoteca Quinta Avenida, en los bajos de la calleOrense(La zona conocida en Madrid como Azca, dónde ardió el edificioWindsor, que pasó de un gran apogeo nocturno a estar marcadapor peleas, asesinatos, drogas y demás, justo en la época que nosrefiere Verónica)Estábamos todo el día juntas, éramos inseparables. Sumadre era una mujer muy cariñosa conmigo, que daba aBelén todo lo que le pedía, quizás porque Belén eradiabética. Todos los días se hacía la prueba del azúcar y, sime pillaba en su casa, me la hacía a mí también.


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

Belén siempre llevaba pantalones vaqueros y ropa demarca. Era una pija. Como yo no tenía mucho dinero, mecolaba en el metro con su abono transporte y nostomábamos algo antes de entrar a la disco, ella era una tíamuy generosa. Entrábamos en todas las discotecas queeran gratis para las chicas, eso los jueves y también losviernes, sábados y domingos. Pero los fines de semanahabía que pagar, de manera que sólo entrábamos en mipreferida que era Quinta Avenida. Belén me enseñó afumar para que me dejaran entrar en las discotecas, comoyo era menor, con el cigarrillo en la mano y muy maquilladaaparentaba más edad.

Llegábamos a Nuevos Ministerios y las dos muy “chulitas”nos dirigíamos a la discoteca, pagábamos la entrada ycomenzaban los nervios, íbamos nada más entrar a una delas dos barras casi siempre la misma porque allí teníamosun camarero muy “enrollado” las visitas eran muyfrecuentes y cada vez pedíamos un cubata diferente paravariar y probarlos todos. Cuando ya teníamos el “puntillo”,nos poníamos a buscar y capturar lo que podíamos ligar.Allí nos enrollamos con muchos chicos, pero ninguno me dejó huella, no recuerdo ni sus nombres. A Belén si hubouno que sí le gustó mucho, demasiado.

Colada por Mariano Jiménez

Cuando acabé el colegio en las monjas, yo me matriculéen el instituto. Belén decía que estudiaba el bachillerato,pero la verdad es que yo no sé cuándo iba a clase, yo no lavi nunca. Yo hacía muchas pellas y la iba a buscar todoslos días.Recuerdo que casi a diario parábamos en el bar RincónAndaluz (calle Hermanos Machado, cerca de la calleAlcalá), donde trabajaba mi madre. Le gustaba quefuéramos porque allí paraba un torero Mariano Jiménezque a Belén le gustaba mucho. Mariano se llevaba muybien conmigo porque era amigo de mi padre, y Beléninsistía todos los días en el tonteo “Hola Mariano”, le decía,pero él pasaba de nosotras. Mariano acababa de debutaren Las Ventas como novillero y empezaba a ser conocido,no prestaba atención a nuestra presencia. Y eso que Belénde joven era una chica muy guapa.


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

El objetivo de Belén Esteban, fracasó. Así que seguimosyendo a la discoteca. Fue entonces cuando conocimos ados chicos, uno era gitano, a mí me gustaba el otro, Belénse fijó en el gitanillo, que era un morenazo muy guapo.Hace tanto tiempo que no me acuerdo si se llamaba Rafa oRafa era el chico que me gustaba a mí, es igual. Estuvimosmuy poco tiempo con ellos, pero Belén se acabóenamorando de él, ella lo planificó todo y decidió que teníaque acostarse con el gitano y lo organizó todo. Ese díaquedamos en su casa, Belén se puso muy guapa y enmetro nos fuimos a Moratalaz, que era donde vivía elchaval.

Y allí estaba esperándonos. No se me olvidaránunca, porque ese día decidió quedarse con él y no se leocurrió otra cosa que decirme que me marchara a casa Asíque, como no tenía ni un duro ni abono de transporte, metuve que volver andando hasta el barrio bordeando elcementerio de La Almudena por la calle Trece Rosas. Pasémás miedo que once viejas. Encima se me hizo de noche,me dolían los pies y veía sombras por todos los lados.Llegué a mi casa reventada y maldiciendo a Belén. Juréque nunca más le dirigiría la palabra y, de hecho, ésa fue laúltima vez que salimos juntas. Al día siguiente me llamópara que fuese a su casa. Y va y me dice “Jo tía, que meha quitado la virginidad, no sabes que bien” Pero a mí lo

que me fastidió fue la guarrada de dejarme tirada, meobligó a ir hasta Moratalaz, que yo no quería, luego medejó tirada y no la volví a llamar. No sé cuánto tiempoestuvo saliendo con ese chaval, pero tampoco mucho. Fueasí como acabó la amistad. Yo regresé al grupo de amigasy ella siguió un tiempo con el gitano.Recuerdo que en ese tiempo en el que fuimos amigasmurieron sus dos abuelos maternos. Un día murió el abueloy justo una semana más tarde la abuela.


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

Están enterradosen el Cementerio Civil, Me acuerdo de que después delentierro de inmediato Carmen, Belén y yo cogimos un taxi yfuimos a Vicálvaro, a casa de los abuelos fallecidos. Allí lamadre de Belén se dedicó a sacar de todo. Estaba elcuerpo calentito y fuimos a por lo poco de valor que tenía laabuela mantelerías, colchas, medallas…Yo iba mucho acasa de Belén y nunca vi al padre de ella, es más, pensabaque no tenía padre, porque tampoco estuvo en los entierrosde los abuelos. En esa época no vivía con ellas.

A sus hermanos sí los recuerdo, pero al padre jamás lovi, se comentaba en el barrio que dejó a su mujer por unacamarera de un bar de alterne del barrio. “El Ben Hur” creoque decían. Belén jamás me contó nada al respecto.Luego pasó lo del gitano y dejamos de hablarnos, aunquela he seguido viendo por el barrio. Un día, mucho tiempodespués, me la encontré, poco antes de que dieran lanoticia de que estaba saliendo con Jesulín, y me contó quehabía encontrado un trabajo en un “Burger”, por la zona deMajadahonda, o El Plantío. Es el único trabajo que larecuerdo. La madre siempre le dio muchos caprichos. Enaquella época que no podíamos tener nada de marca, quetodo eran imitaciones, la madre ya le compraba trajes de Don Algodón.

Y Carmen estaba fregando suelos para vivir,pero la pobre le compraba todo lo que podía. Por eso mefastidia cuando escucho a Belén decir que su padre era elmejor, mejor que la madre. Qué va, si no estaba con ellos.La oyes hablar y piensas que era un héroe, pero laverdadera heroína era la madre, que fregaba suelos comola mía y muchas madres de este barrio, para sacar a sushijos adelante.A Carmen le gustaba mucho ir al Bingo y las máquinastragaperras, sus dos hermanos jamás supe de quetrabajaban uno vivía cerca de ellas, pero otro creo queestaba enfermo decía ella, Carmen siempre iba a un Bingoque hay aquí cerca en la calle Lago Constanza, Belén laacompañaba muchas veces, a ella también le gustabajugar, Carmen tenía poco dinero, pero a ella le consentíamuchos caprichos.

Me encantaría que el gitano del que hablo leyese esto yse diera a conocer, para que la gente vea que no meinvento nada. ¿Por qué cuento todo esto? Porque estoycansada de escuchar tanta mentira en la tele sobre Belén yquiero que se sepa la verdad, que se portó muy mal conmucha gente.No mucha gente la quiere como dice ella en la tele. Antesera una chica muy maja, pero ahora no sé qué se habrácreído. Lucrarse por hablar mal de una familia no meparece decente. No te digo que los Janeiro sean unafamilia ejemplar, pero no son tan malos como cuenta.

Especialmente Humberto, el padre de Jesús, que estuvouna temporada entera pagando de su bolsillo las corridaspara que su hijo toreara y cogiera cartel, que aún recuerdoa Jesulín en Cenicientos (Madrid) cuando empezaba, que apoco está todavía corriendo del miedo que tenía al novillo.Si no llega a ser por Humberto, que le tocó una lotería en Sudamérica, a ver dónde hubiera llegado. Y ahora le ponea parir al pobre hombre.

El periodista de la tele indiscreta

Si las declaraciones de Verónica se pusieran enentredicho o se dudara de su credibilidad, quiero contarlesa los lectores una historia que se produjo en 1996. Enaquel entonces había un programa en Antena3 dirigido porNieves Herrero que se llamaba Cita con la Vida. En uno deesos programas estuvo como invitada Verónica González,acompañada de su madre que expuso su problema, que noera otro que el de una muchacha de 19 años con un graveproblema de alcoholismo, consecuencia de las continuassalidas desde cortísima edad. Como ya hemos leído, en lasdiscotecas no les pedían el carné pese a tener 13 o 14años.


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

Según ella, se metían de todo acompañada dequienes ustedes ya saben.Me contó Verónica que, al día siguiente de haber salidoen aquel programa, le llamó un periodista catalán, nuevo enMadrid, para pedirle que le concediera una entrevista. Alperiodista le pareció interesante por lo visto en televisión, yVerónica accedió. Quedaron en el citado bar RincónAndaluz y se hizo el reportaje. El joven reportero,agradecido, le regaló 5.000 pesetas y le contó que setrataba de uno de sus primeros reportajes para la revistaTele indiscreta. ¿El nombre del periodista catalánaterrizado en Madrid?...Jorge Javier Vázquez. ¿Les suena?