La supuesta negociación entre el Gobierno de Pedro Sánchez y los separatistas se ha convertido en una guerra de amenazas y chantajes.
Sánchez tiene claro que necesita a los independentistas para mantenerse en Moncloa, pero también sabe que sus concesiones a los que quieren romper España tendrán un importante coste electoral.
Por su parte, los separatistas no entienden de negociaciones y quieren imponer sus medidas, que se limitan a saltarse las leyes y conseguir un referéndum de independencia.
Por este motivo, en los últimos días hemos presenciado una ridícula guerra de amenazas y chantajes entre el Gobierno y el Govern. ("Que Torra esté entre el público y no en el banquillo muestra que el golpe sigue vivo")
Sánchez amenaza a los separatistas con prohibir por ley los indultos a políticos
El Gobierno de Sánchez necesita aprobar los Presupuestos Generales del Estado, y este miércoles tendrá lugar la votación de las enmiendas a los PGE.
Para presionar a los independentistas, Sánchez ha amenazado con una convocatoria de elecciones que no se cree ni él.
El PDeCAT, obcecado con negar la separación de poderes, exige al Gobierno de Sánchez que presione a la Fiscalía para que reduzca las penas a los golpistas del juicio del 1-O.
Acto seguido, Pedro Sánchez amenaza a los separatistas con prohibir por ley los indultos a políticos.
Con sus chantajes y amenazas, con este fuego cruzado, tanto el Gobierno como el Govern demuestran la bajeza de dicha negociación, una negociación que no es tal cosa, una negociación que es una guerra interesada y despreciable.