Jaime, un fontanero que vive prácticamente con lo puesto, se enfrentó hace tiempo a uno de los momentos más duros de su vida: la enfermedad de Blanco, su perrito.
El animal tenía un tumor en el cerebro que llegó a impedirle incluso caminar, pero con la ayuda de su dueño y de las donaciones altruistas de muchas personas que se solidarizaron con él, ha vuelto a llevar una vida normal.
“Yo lo único que he hecho es tener amor por él, se lo merece todo”, reconoce Jaime, que no tenía dinero para afrontar el pago de la operación de su mascota y no dudó en pedir ayuda: “Gente que no conocía de nada me donó”, agradece.
Blanco tenía un 30% de posibilidades de sobrevivir, y consiguió hacerlo gracias a la persistencia de su dueño, que incluso ideó un carrito con tuberías para que su perro pudiera moverse sin sus patas traseras, que tuvo temporalmente fuera de combate a consecuencia del tumor que le fue extirpado y le ha dejado una llamativa cicatriz.
“Aparte de ser amigo me ha enseñado muchas cosas, como estar al lado de alguien que está triste”, cuenta Jaime, como puedes ver en el siguiente vídeo. Una historia de superación humana y perruna que nos ha llegado al corazón.