Tras la brutalidad con la que el coronavirus ha afectado a Gran Bretaña, Boris Johnson ha vuelto a retomar la agenda del Brexit, a pesar de las críticas recibidas por su inactividad como primer ministro en estos últimos meses.
Pero el regreso a las negociaciones del 'premier' para la separación del país de la Unión Europea no ha sido excesivamente alegre para el primer ministro, ya que ha tenido que enfrentarse a una férrea estrategia de la UE, que podría provocar la escisión de Irlanda del Norte.
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"Ahora nos dicen que, a no ser que aceptemos sus condiciones, la UE puede utilizar una rebuscada interpretación del protocolo en Irlanda del Norte para imponer una frontera a gran escala en el mar irlandés" ha criticado Johnson en un artículo publicado en el Daily Telegraph'.
Una frontera que supondría, según ha afirmado el conservador inglés, una detención casi por completo del comercio de Irlanda del Norte, que siempre se ha mostrado a favor de la UE, del resto de Gran Bretaña.
"Se nos dice que la Unión Europea no sólo puede imponer aranceles que pasen de Gran Bretaña a Irlanda del norte, sino que también puede detener el flujo de comida que llegue hasta allí" ha criticado Johnson.
Una información que ha provocado que el conservador agite aún más la bandera secesionista, que ha afirmado que jamás esperó semejante reacción de la unión internacional.
"Nunca creímos que amenazaría con destruir la integridad territorial y económica de Reino Unido" reconoce el primer ministro en el artículo.
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'Rebeldes' conservadores cargan contra Johnson
La complicada situación con la Unión Europea ha llevado a varios 'rebeldes' conservadores a poner entre la espada y la pared al primer ministro, en lo que se espera sea una sesión de la Cámara de los Comunes de lo más controvertida y agitada, el próximo lunes.
Entre ellos, la propia Theresa May, ex primera ministra, que ha advertido a Johnson de los riesgos de seguir adelante con la confrontación y del incumplimiento del tratado internacional firmado a finales del año pasado.
Sin embargo, en un intento de calmar los ánimos, no sólo en el Parlamento británico, sino a nivel internacional, Michael Gove, uno de los hombres fuertes del Gobierno, ha asegurado que el Ejecutivo de Johnson "está cumpliendo" con su parte del pacto con la UE.
"Estamos cumpliendo con nuestra parte con generosidad para ayudar a proteger el mercado único de la Unión Europea" ha asegurado, a la vez que también ha declarado que, a pesar de no "creer" que las amenazas de la Unión Europea lleguen a realizarse, su Gobierno estará "preparado para lo que en efecto sería separar Irlanda del Norte del resto del país".