El broche de la noche lo puso Marilyn Monroe que subió al escenario a cantarle el Happy Birthday, Mr. President. Marilyn llevaba un vestido de gasa de seda de color beis y con incrustaciones de cristal que producía un efecto óptico de desnudez. Marilyn lo describió como de “piel y pedrería”.
También se rumoreaba que el vestido era tan sumamente ceñido que para cerrarlo por detrás se lo tuvieron que coser una vez enfundado, por lo cual empezó a desgarrarse durante la velada. Cabe destacar además que Marilyn prefirió ponérselo sin ropa interior, lo que, a la vista del público, aumentaba la impresión de que no llevaba nada encima.
El icónico vestido fue subastado varias veces y finalmente es adjudicado a una empresa que pagó por el 4.500.000 euros.
Los rumores de un romance entre Monroe y JFK habían comenzado meses antes de ese cumpleaños feliz, motivo por el cual Jacqueline Kennedy, que sabía que Monroe iba a acudir al acto, no acompañó a su marido; presumiblemente porque sabía que mantenía relaciones con la actriz.
Se podría decir que esta fiesta fue la última del presidente y Marilyn, ya que tres meses después ella falleció entre extrañas circunstancias a los 36 años.
La rumorología de la época aseguraba que en realidad Marilyn Monroe fue asesinada y 60 años después, la muerte de Marilyn continúa siendo un debate para muchos, aunque no hay ninguna prueba que corrobore la versión del asesinato.