En 2016, durante su sesión de investidura fallida, se mostraba contundente con el independentismo en el Congreso de los diputados, "no voy a permitir que la gobernabilidad de España descanse en partidos independentistas".
Durante los seis años que han transcurrido desde esas palabras, Sánchez ha asegurado que "la independencia no es posible en Cataluña", que los líderes independentistas "no son de fiar" y les dejaba claro que "nunca significa nunca".
Todo esto nos lleva al pasado viernes, cuando el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, celebraba que, "hemos llegado a un acuerdo con el Estado para eliminar el principal delito que sufrieron los presos políticos por convocar el referéndum del 1-O"