Los perritos tenían miedo, desconfiaban de todo el mundo, y los de la protectora de animales tuvieron que ingeniárselas para poder rescatarlos.
Finalmente consiguieron atrapar a la perrita, a la que no le importó nada porque pudo disfrutar de las hamburguesas.
Ya con los dos perritos a salvo, decidieron ponerles Mónica y Chandler, como los personajes de Friends.
Tras pasar mucho tiempo en la calle, Mónica y Chandler consiguieron salvarse y se les encontró un hogar en el que fueron adoptados los dos juntos.