Se acababa así una dictadura de 36 años que siguió a otros tres de cruenta guerra civil. Carlos Arias Navarro, entonces presidente del Gobierno, anunció por televisión a todos los españoles la muerte del dictador.
Durante muchos años se ha especulado con la teoría de que Franco no murió el día 20 de noviembre. Aplazaron su muerte porque con esta también agonizaba un régimen y acababan los privilegios de unos pocos. Sobre la causa de su muerte, la fecha de defunción del tirano y una posible prolongación agónica de un cadáver mantenido con vida, mucho se ha escrito y mucho se ha especulado.
Con relación a una supuesta prolongación artificial de la vida de un Franco agonizante se sabe que era el deseo de determinados miembros de la familia. En esa clave se entendería que el yerno del Caudillo, Cristóbal Martínez-Bordiú y marqués de Villaverde, se encargase personalmente de que el médico habitual y de siempre de Franco, Vicente Gil, fuera desplazado de este destino y sustituido por el doctor Pozuelo.
Todo indica que en la noche del 19 de noviembre el dictador que más vida arrebató perdió la suya. Franco fallecía ese día, aunque oficialmente se trasladó que el óbito se produjo a las 5,25 horas de la madrugada del 20 de noviembre de 1975.
Según una teoría conspirativa, Franco no murió el 20 de noviembre de 1975, sino que fue mantenido con vida artificialmente durante varios días antes de que se anunciara su muerte oficial. Sin embargo, esta teoría no tiene fundamento y ha sido desmentida por múltiples fuentes oficiales y expertos en el tema.