¡El terrorista Carles Sastre quiere 'educar' a los niños catalanes!

El terrorista de Terra Lliure Carles Sastre, que asesinó a tres personas en los años 70, propone comenzar la República "en las aulas"

20 de Octubre de 2018
¡El terrorista Carles Sastre quiere 'educar' a los niños catalanes!
¡El terrorista Carles Sastre quiere 'educar' a los niños catalanes!

El sindicato CSC presentó hace unos días una propuesta para Educación en Cataluña con un lema bien claro: “La República comienza en las aulas”. Lo hizo con su secretario general a la cabeza, Carles Sastre Benlliure. Un tipo que ‘reventó’ a tres personas a sangre fría, un asesino condenado que formó parte del grupo terrorista catalán Terra Lliure y de su predecesora EPOCA (Exèrcit Popular Català).

El adoctrinamiento en Cataluña empieza a sobrepasar todos los límites habidos y por haber. Los independentistas no quieren que los niños aprendan de cara a obtener un futuro mejor, simplemente quieren convertir las escuelas en madrasas separatistas, en fábricas de ultras radicales como lo son Sastre y sus secuaces, jaleados por líderes políticos y medios de comunicación indepes incluso a pesar de su horrible pasado, por el que jamás ha mostrado el más mínimo arrepentimiento.

El atroz y violento pasado de Carlos Sastre

Carles Sastre comenzaba su etapa como terrorista en el año 1973, fecha en la que se convirtió en militante de ÈPOCA. Más tarde, sería miembro fundador de la organización Terra Lliure, un periodo en el que se le atribuyeron tres asesinatos entre 1977 y 1978. Sastre hizo explotar mediante una bomba al empresario catalán Josep Maria Bultó y posteriormente al ex alcalde de Barcelona, Joaquin Viola Sauret y a su esposa. Por ambos crímenes fue condenado a un total de 48 años de cárcel de los que apenas cumplió once.

A continuación les mostramos la descripción que hicieron medios de la época de sus asesinatos (les advertimos de que pueden herir su sensibilidad): “El espectáculo que para las autoridades ofrecía el cuarto de baño del domicilio del señor Bultó, situado en un palacete de Pedralbes, no es para describir sin llegar a estremecerse. Las paredes desfiguradas por la sangre y los trozos de vísceras que tan violentamente habían sido incrustadas en ella por la explosión del artefacto; el paquete intestinal sobre el suelo a pocos metros de la parte inferior del cuerpo, los brazos mutilados junto a la cabeza trágicamente traumatizada, era todo lo que quedaba del que fuera sostén y corazón de una de las más importantes industrias españolas”, rezaba una información publicada por el periodista Alfredo Semprún en el diario Arriba.

La Ley de Amnistía del año 1977 le libró de una mayor condena tras ‘reventar’ a Bultó, al que le colocó una bomba bajo la axila con la amenaza de detonarla si no le pagaba 500 millones de pesetas. Lo hizo mientras el empresario comía con su familia.  Le dio unas instrucciones en una hoja, pero le hizo trocitos antes de que pudiera siquiera pensarse si accedía o no a sus amenazas.

Sastre apenas cumplió cinco meses por su asesinato. Tras el atentado a Viola y su mujer, huyó de España junto a sus compañeros pero fue detenido en 1985 y condenado a 48 años de cárcel. Un año después sería absuelto por falta de pruebas, a pesar de que los hijos del matrimonio le identificaron como una de las personas que entró en su casa y mató a sus padres, supuestamente detonando el artefacto por accidente. Finalmente, cumplió 11 años de los 18 a los que fue condenado por pertenencia a banda armada y tenencia de armas.

Carles Sastre, "Gran reserva del independentismo"

Por increíble que parezca, tipos como Sastre son los que dominan el cotarro del independentismo catalán. Tiene a Torra o a Puigdemont comiendo de su mano y también a los manipulados medios autonómicos. Solo así se explica la presentación que se hizo de él en TV3 durante una entrevista el pasado año 2015: “Carles Sastre ha sido el preso político de Terra Lliure que más años ha pasado en la prisión”, apuntaban, llegando a definirle como “gran reserva del independentismo”.

Su poder en Cataluña queda claro si tenemos en cuenta que de su mano corrió la huelga general del 8 de noviembre como protesta por la aplicación del artículo 155. Artur Mas ya mantuvo contactos con él y Puigdemont llegó a utilizar el Diplocat para financiar el sindicato que dirige: CSC recibió una subvención de 1.736 euros en el ejercicio 2017, 2.530 euros en 2016, 2.238 en 2015 y 2.100 euros en 2014.

Esta es la calaña que quiere dirigir la educación de los hijos de los catalanes, a los que pretenden convertir en nuevos esbirros del independentismo mediante la manipulación y el adoctrinamiento. Un asesino condenado, un terrorista, un criminal que jamás se arrepintió de sus actos, quiere llevar su mensaje a las aulas. ¿Cómo se puede consentir algo semejante?