Manuel se encontró a una perrita arrastrándose por el suelo, pues no podía mover las piernas traseras. La recogió de la calle y decidió cuidarla en su protectora de animales.
Fue entonces cuando vio que le habían roto una vértebra. Algún malnacido la había apaleado y la dejó paralítica.
Además, la perra había sido utilizada por algún inhumano para que tuviese muchos hijos. (La historia del perro abandonado por una pareja de pescadores)
Manuel le dio todo su amor a la perrita, a la que puso de nombre Molly, pero finalmente no tenía recursos para seguir cuidándola (tiene más de 80 perros a su cuidado).
Sin embargo, Manuel encontró una nueva familia para Molly, una familia que la quiere tal como es y que hará todo lo posible para que se recupere en la medida de lo posible.