El vicepresidente de la Generalitat catalana en funciones de presidente, Pere Aragonès, ha declinado asistir a los actos de celebración de la Fiesta Nacional del 12 de octubre de este lunes porque "tradicionalmente este es un acto al que se invita al presidente de la Generalitat y Cataluña no tiene presidente".
"Se ha inhabilitado al presidente de la Generalitat por expresar su opinión, haciendo uso de un derecho universal como es la libertad de expresión", asegura Aragonès en una carta remitida al Ministerio de Defensa.
En la misiva, defiende la legitimidad del proyecto independentista y acusa al Estado de dar como respuesta "un asedio judicial, un perjuicio económico y violencia policial", y asegura que no dejarán de reivindicar la libertad de los dirigentes políticos encarcelados por el 1-O.
"Uno de los peores genocidios de la historia de la Humanidad"
"No dejaremos nunca de trabajar por la república catalana", expone el vicepresidente, que asegura que hay un consenso mayoritario en Cataluña para buscar una salida acordada al conflicto político.
Aragonès ha mostrado todo su respeto hacia aquellas personas que celebran la fiesta del 12 de octubre, pero se ve en la "necesidad de no olvidar que esta fecha significa el inicio de uno de los peores genocidios de la historia de la Humanidad y el comienzo de una etapa oscura de imperialismo y colonialismo".
Este año, a causa de la pandemia que está sufriendo España y que está azotando especialmente a Madrid, no tendrá el lugar el tradicional desfile militar. Tampoco habrá recepción en el Palacio Real.
Las celebraciones se limitarán a un acto en la Plaza de la Armería del Palacio Real presidida por los Reyes y sus hijas junto con el Gobierno de Pedro Sánchez y miembros del ejecutivo. También estarán presentes los presidentes autonómicos, entre los que no estará el de Cataluña.