Las imágenes postcoitales son cada vez más una tendencia en las redes sociales y denotan una característica social de nuestra época: erotismo utilitarista que banaliza las relaciones sexuales.
Hace unos años atrás, después del acto conyugal se solía fumar o abrazarse para comentar las sensaciones vividas durante el coito. Pero esa costumbre parece haberse extinguido.
Ahora la tendencia exhibicionista a la que nos arrastran las redes sociales ha llegado a su cúspide: selfies poscoitales (aftersex selfie, en inglés).
El sexólogo asturiano Iván Rotella asegura que este hecho "refleja claramente dónde estamos". Hace referencia a que "en las redes sociales funcionan dos motores: el de la exhibición y el del voyeurismo; y si a esto le añades el componente sexual, hagas lo que hagas llamarás la atención".
Un acto privado; un hecho público
Y así ha sido como uno de los actos más íntimos que pueden darse entre dos personas se convirtió en un hecho de interés público, sobre todo, gracias las redes sociales y a su capacidad para modificar los pensamientos de la sociedad en según qué aspectos.
"Si Instagram no fuera tan estricto, sería pornográfico", prosigue Rotella, que ejerce de profesor de educación sexual en Asturias.
Rotella considera que este tipo de imágenes "te posicionan ante los demás: 'yo tengo una buena relación sexual', y de cara a la sociedad, te da estatus y un cierto caché".