No habrá triplete culé. No habrá celebración en Cibeles. Messi no igualará las cinco Champions de Cristiano Ronaldo. El Barça ha caído con estrépito en Anfield Road y el Liverpool le ha echado de Europa con un chorreo de campeonato.
Si años atrás el Real Madrid cayó en Liverpool con estrépito después de que su presidente, Vicente Boluda, asegurara que "al Liverpool le vamos a dar un chorreo", la historia ha vuelto a repetirse. El Barça tenía un pie en la final de Madrid después del 3-0 del Camp Nou y acudió a Anfield con la soberbia y prepotencia de quien se cree superior. Pero el Liverpool ya demostró en el Camp Nou que era mejor que el Barça y hoy se ha limitado a constatarlo ante los suyos.
Normalmente al Barça se le suele aparecer la virgen en forma de Messi cuando está espeso y va salvando los partidos encomendando su alma a su crack. Pero hoy Messi, como en Roma, no apareció. Algo que ya empieza a ser preocupante para el barcelonismo. Esta vez vimos al Messi de la selección argentina, ese futbolista indolente al que no le salen las cosas y en lugar de arremangarse para acaparar el protagonismo que le corresponde por su nómina, se ha vuelto a esconder, arrastrando a sus compañeros al naufragio. Y con Messi desactivado, todo ha sido más fácil para el Liverpool.
No habrá representación española en la final del Wanda Metropolitano porque el Barça no ha sabido ser un digno finalista y el Liverpool se lo ha ganado a pulso. Como admite Valverde, no hay excusas. Cuando se pierde por 4-0, y con un cuarto gol de chirigota, de patio de colegio, sólo queda admitir que te han pasado por encima y que el rival es un justo ganador.
Decían que tenían bien aprendida la lección del pasado año en Roma. Aquello fue un 3-0 después de un 4-1. Esta vez ha sido un 4-0 después del un 3-0. Europa le sigue viniendo grande a este Barça que parece diseñado para repartir goleadas en España, pero que se arruga cuando delante tiene a un grande de Europa. El Liverpool se lo ha comido literalmente, cuestionando un estilo de juego basado en la posesión que ya no engaña a nadie y, lo que es peor, no sorprende a nadie.
La Champions no es una competición para el Barça
Este Barça es demasiado previsible ante equipos que lo basan todo en la fuerza y en la fe, como es el caso del Liverpool. El bloque de Jurgen Klopp se ha comido a las estrellas del Barça que en Anfield sólo han sido estrellitas estrelladas. No se puede ir por Europa paseando, andando y jugando el balón al pie. Eso es lo que ha hecho el Barça y se lo ha puesto muy fácil al Liverpool, que además jugaba sin sus principales estrellas.
Las ausencias de Salah y Firmino le suponían al Liverpool lo mismo que si el Barça se hubiera presentado a jugar sin Messi y Luis Suárez. Pero el partido de Anfield no era para estrellas, sino para futbolistas convencidos de lo que hacían. El Barça viajó a Liverpool pensando en el triplete y regresa a Barcelona con el rabo entre las piernas.
Tanta alegría por la eliminación del Real Madrid a manos del Ajax... para esto. Queda confirmado que la Champions League no es la competición del Barça.