Jota Jordi dio la nota durante la retransmisión en vivo del Clásico en 'El Chiringuito Inside' a través de Youtube y Facebook. El contertulio culé se cabreó mucho tras la pena máxima señalada a favor del Real Madrid, un penalti clarísimo de Lenglet a Sergio Ramos que a ojos del seguidor azulgrana no debía haber sido señalado.
El colaborador de 'El Chiringuito', que decía previamente al partido que este sábado se iba a reír, estalló de furia y abandonó la sala donde estaba viendo el partido entre gritos y aspavientos, como puedes ver en el siguiente vídeo.
Jota Jordi, muy enfadado
"El Real Madrid siempre así, con los penaltis del VAR, así gana el Madrid siempre. Ya basta, siempre con lo mismo. Se tendrían que ir todos los jugadores. Ya está bien. El VAR, los penaltis, el árbitro y el Madrid. Se acabó la broma", saltaba Jota mientras abandonaba la sala y Alfredo Duro le decía que se fuera a llorar a otro sitio.
"Joder, mierda hombre. Qué rabia por Dios. Cada año siempre lo mismo con el Madrid", gritaba una vez fuera del plató.
La 'premonición' de Jota Jordi que le dio el Clásico al Real Madrid
Durante unos segundos se quedó pensativo y quito, a la espera de saber qué habría pasado con el penalti. Si esperaba que Sergio Ramos fallara, se equivocó. El camero la enchufó para dentro y desde fuera del estudio se escuchó a la bancada madridista celebrar el tanto a lo grande mientras a Jota casi se le saltaban las lágrimas.
Regreso al plató
Jota Jordi decidió, a pesar de todo, volver para dentro para terminar de ver el partido, mientras seguía lanzando improperios contra el Real Madrid: "Así gana el Madrid, así tiene que ganar siempre porque son peores. Si no les ayuda el árbitro no ganan nunca, no hubieran ganado Champions, no ganarán Ligas, no hubieran ganado nunca nada. Es lamentable, qué vergüenza", lloriqueaba.
Una escena lamentable que demuestra que Jota, como una amplia mayoría de culés, no sabe perder. Lobo Carrasco, en cambio, no dudó posteriormente en confesar que según su modo de ver fue penalti claro de Lenglet a Ramos. El fanatismo no le cegó como sí había ocurrido horas antes con Jota Jordi.