Manuel García-Castellón, magistrado de la Audiencia Nacional, ha pedido esta semana al Tribunal Supremo que investigue si el líder de Podemos, Pablo Iglesias, pudo cometer algún delito relacionado con el supuesto robo de la tarjeta del teléfono de su ex asesora, Dina Bousselham.
"Existen elementos de cargos suficientes para poder atribuir al Sr.Iglesias por los daños sufridos por la micro tarjeta SD" detalla el magistrado en el documento aportado, de 63 páginas.
Una acusación contra el vicepresidente segundo del Gobierno que le ha costado su tranquilidad, ya que el 'caso Dina' ha conllevado centenares de amenazas y críticas al magistrado por parte de los seguidores del podemita.
No es la primera vez que el magistrado García-Castellón se convierte en el 'superhéroe' de la Justicia española: y es que ya es conocido por su participación como instructor en casos tan llamativos como el de Mario Conde, el asesinato de Miguel Ángel Blanco, o la confesión de 'el asesino del ascensor'.
Los casos más sonados de García-Castellón
Tal vez uno de los casos más duros que le ha tocado vivir al magistrado fue el asesinato de Miguel Ángel Blanco, en 1997; como instructor, recordaba años más tarde la dureza de aquellos primeros momentos, cuando se encontró al edil popular, aún con vida.
"Me emocioné muchísmo; estaba agonizante, no había muerto aún; fue una sensación de una tristeza espantosa" admitía años más tarde en una entrevista. A pesar de que tuvo que archivar el caso un año más tarde, el magistrado tuvo la posibilidad de participar en la entrega de dos de los asesinos años más tarde, cuando ya se encontraba como magistrado en París.
A sus 42 años, también fue el magistrado del 'caso Banesto', que acabó con la condena de Mario Conde.
"García-Castellón, hoy olvidado por casi todos, fue el hombre que metió en la cárcel a Mario Conde, el primero a quien correspondió tanto honor" relata el ex banquero en su libro, publicado en 2009.
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Sin embargo, el momento más difícil en la vida del magistrado llegaba con la instrucción del caso de Olga Sangrador, violada y asesinada con solo 9 años de edad.
En su instrucción, García-Castellón hizo una reconstrucción de los hechos, con la participación del asesino, que terminó confesando y cumpliendo 21 de los 63 años de condena gracias a la doctrina Parot.
Algo que le tocó volver a vivir con el 'violador del ascensor', al que consiguió arrancar la confesión de haber asesinado a Leticia Lebrato después de haber intentado violarla.
El magistrado también ha instruido otros casos de relevancia política, como los sumarios del GAL, la Púnica, Lezo, BBVA o el caso Tándem.
"No es un juez estrella"
A pesar de los numerosos y mediáticos casos que le ha tocado instruir, amigos y compañeros cercanos al magistrado reconocen que "no es un juez estrella".
Y es que a Manuel García-Castellón, Manolo para los amigos, no le gusta destacar, llegando a confesar que le "aterra salir en los papeles".
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"Es una persona cercana, muy normal, amigo de sus amigos" afirman fuentes cercanas al magistrado, conocido por ser un gran amante de la lectura y del deporte al aire libre, como a bicicleta, el senderismo o la natación.
En su entorno profesional, es conocido por ser "prudente". "Medita las cosas" aseguran abogados cercanos al magistrado, que reconocen que García-Castellón "no es hombre de grandes artificios en sus escritos".
Tal vez sea esta modestia, y esta falta absoluta de protagonismo en sus casos, los que convierten a García-Castellón en el héroe de la Justicia española.