El organismo que se ha inventado Puigdemont, el Consell per la República Catalana, sigue trabajando en la sombra para crear estructuras capaces de suplantar al Govern de la Generalitat si el Gobierno español aplica el artículo 155.
Así pues, el Consell de Puigdemont pretende dinamitar la separación de poderes haciendo que los elegidos del expresidente fugado actúen como Govern y como Parlament.
La guía del propio Consell de la República Catalana así lo explica: “En caso de un nuevo artículo 155, el Consell podrá ejercer las funciones de Govern y de Parlament legítimos, de la misma manera en que el Govern en el exilio ejerció como Govern legítimo durante la aplicación ilegítima del artículo 155 entre octubre de 2017 y mayo de 2018. Pero, a diferencia de aquel periodo, en esta eventual ocasión podría ejercer este rol con una robustez institucional muy superior”.
“En caso de un nuevo artículo 155, el Consell podrá ejercer las funciones de Govern y de Parlament legítimos"
De este modo, Puigdemont y sus elegidos unificarían el poder legislativo y el ejecutivo en sus manos, una aberración que se asemeja a los Estados autoritarios.
Puigdemont tendría en este escenario un poder inmenso: “el proceso constituyente -en continuidad y en coordinación con los trabajos del Foro Cívico y Social (presidido por Lluís Llach) para el Debate Constituyente- y la Asamblea de Representantes podrá ejercer las funciones de Asamblea Constituyente si así se le encomienda”.
Puigdemont quiere tener el poder de suprimir la Asamblea de Electos de Cataluña (Aecat) para crear la suya propia y reconvertirla en la Asamblea Constituyente.
Una Asamblea que dependería de Puigdemont y cuya composición sigue siendo un misterior.
“Es un espacio de representación política y social comprometido a avanzar hacia la república catalana”, dicen desde el Consell sobre la Asamblea de Puigdemont.
Puigdemont quiere reunir los máximos poderes posibles en su persona, como hacen los dictadores, para autoproclamarse President de Cataluña.