El anuncio de Ferrovial de ubicar su sede fiscal en Ámsterdam – Países Bajos – ha sido un golpe muy duro para el Gobierno de España. Pedro Sánchez y sus ministros ya se han encargado estas semanas de atacar sin ningún tipo de piedad a Rafael del Pino, presidente de la compañía, y a todos los miembros directivos que hay en Ferrovial, por haber tomado esta decisión.
Desde la compañía aseguran que no se trata de una evasión de impuestos y que el objetivo de este movimiento no es tanto el beneficio fiscal, sino el crecer a nivel de proyectos empresariales.
La cruzada que mantiene el Gobierno de España contra la empresa constructora podría perjudicar seriamente a los españoles y a varios proyectos innovadores de futuro que la compañía tenía entre manos. Y es que, Ferrovial, tenía – o tiene – la intención de construir en España 20 helipuertos para vehículos voladores. Eso sí, el proyecto sólo será viable si se le conceden 5.000 millones de euros de los fondos europeos.
Estos aeropuertos estarán destinados a los futuros taxis voladores, para labores de despegue y aterrizaje vertical. Estas infraestructuras estarían diseñadas para aeronoaves que realicen las maniobras de despegue y aterrizaje de forma vertical. Lo que se busca es diseñar, construir y operar todas las instalaciones necesarias para que el proyecto de las aeronaves eléctricas tire hacia adelante, y se pueda conectar con diferentes puntos urbanos de todo el país.
Desde Ferrovial han advertido al Gobierno de España que la viabilidad del proyecto se encuentra sujeta de forma directa a la recepción de los 5.000 millones de euros solicitados a Europa, en los Fondos de Recuperación.
Así pues, este macroproyecto empresarial que en cierto modo ya va cogiendo forma en lo que a idea y diseño se refiere, podría estar en serio peligro debido a las fuertes discrepancias existentes entre la compañía dirigida por Rafael del Pino y el Ejecutivo central.