Zinedine Zidane está con la soga al cuello. Más en el alambre que nunca. Jugar la Europa League o quedar en cuarta posición del grupo supondría un manchón en su historia brillante de las tres Champions League consecutivas. Y puede ocurrir. El Real Madrid depende de si mismo para pasar de ronda, sí, pero también podría quedar último.
Es un motivo más que suficiente para echar al entrenador y el francés, ante tal temporal, aguanta como puede. Viene el Sevilla, el duelo en el Pizjuán, y luego llegará al Atlético de Madrid a Valdebebas. Dos partidos de alta trascendencia y, por si fuese poco, será el del Gladbach el que esté en medio de ambos…
Zidane sabe que perdiendo en Andalucía está fuera y sabe que ganando en Sevilla y perdiendo ante el Gladbach estará despedido. Solo puede ocurrir el milagro de ganar ambos partidos para salvar su cabeza y firmar dos ‘match-ball’ salvados. Es la única vía de escape para salvar su cuello y seguir al frente del Real Madrid.
De lo contrario, ante el Gladbach o ante el Atlético podría haber un nuevo entrenador. Aunque Zinedine Zidane ya le ha comunicado al mismísimo Florentino, tras el Shakhtar-Real Madrid, que no piensa dimitir y que tendrán que echarle. Se ve con carácter para remontar la situación, pese a que es de lo más complicado que se recuerda…
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Zidane no dará un paso atrás
Según apuntan en Defensa Central, Zinedine Zidane tiene claro que él no dará un paso atrás. Lo puede dar en el tema de perdonarle dinero al club, tal y como hizo de futbolista, pero si empieza una temporada es partidario de terminarla, sea como sea, pese a que el equipo quede eliminado de la Champions o dé la Liga por perdida en Navidad.
El Real Madrid de Zidane se la jugará en el Ramón Sánchez Pizjuán, un estadio que le vio ‘volar’ en la temporada pasada, en un partido de alta trascendencia. Si pierden este sábado se quedarían con las opciones ligueras, prácticamente, agotadas. Perderían también el tren de clasificación para la Champions League y ya deberían ir a remolque en lo que falta de curso. Un papelón que mantiene a Florentino en vilo.
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