El Atlético de Madrid es el nuevo campeón de LaLiga… y no lo es por pleno merecimiento.
Los árbitros, con Velasco Carballo a la cabeza, ayudados por la realización del VAR de Jaume Roures, volvieron a someter a atracos constantes al Real Madrid como en la mejor época del Villarato.
A los rojiblancos no les han expulsado ni un solo jugador, mientras que, al Real Madrid, al contrario, ha sido el equipo con menos penaltis de toda la Liga.
Tampoco hay que olvidar el dato de las manos. Unas sí… y otras no, pero hay jugadas que claman al cielo.
Sin contar otras jugadas polémicas… la decisiva está en el derbi madrileño. Un penalti no pitado por mano de Felipe. Con ese penalti, de haberlo marcado el Real Madrid, ahora estaríamos hablando de un campeón totalmente distinto.
Luego hay otras ocasiones que son un despropósito total: desde el penalti en la jornada 1 que le hacen a Mendy, y no se señala, hasta que se han sometido a las jugadas grises siempre hacia la misma balanza. El partido del Sevilla, el robo en Mestalla, el fuera de juego en Getafe, el agarrón a Casemiro en Pamplona, el clamoroso escándalo ante el Alavés en Valdebebas.
Jugadas grises que caen del mismo lado
Hay muchísimas jugadas que han caído siempre en la balanza a favor del Atlético de Madrid. Por el otro lado, todo distinto. La traca final llegó en las últimas jornadas. Obviamente, perjudicando al Real Madrid, mientras que para la otra dirección caían de forma distinta.
El escándalo de Sevilla, sumado al de Granada y al de Bilbao, además del gol mal anulado a Benzema ante el Villarreal… y el penalti de Parejo no pitado. Esperaban en el Real Madrid un expolio arbitral en las últimas jornadas y fue lo que sucedió.
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